jueves, diciembre 31, 2009

Flores de vida, de muerte, de espera.

Y entonces, Praga,
en mis manos,
adiós
con el frío en los dientes
y el miedo en el pelo.
El lenguaje de Tzara
reconcomiéndome por dentro.

De nuevo, el retrete
cuajado
de rabiosas amapolas.
La espera se hace
silente poema.

miércoles, diciembre 23, 2009

Poema infinito

ayuda
por favor ayuda para esta vida
ayuda
por favor ayuda
para esta vida
ayuda
por favor para
esta vida
ayuda por
favor para
esta vida ayuda
por favor
ayuda por favor
para esta vida
ayuda


Poema del dolor que puede ser recitado infinitamente en una esquina de la calle Serrano.

lunes, diciembre 21, 2009

Aquella música.


Detestaba su música.

Así que le arrastré hasta el corazón del bosque, y allí, cavé profundo, dejándole ovillado junto a su violín, bajo la tierra mojada, entre corcheas lamiéndole la cara.

Cuando matas, el frío no existe. Deseaba glorificar mi crimen con un baño en el lago, completamente desnudo, ofrendando mi blanda carne a la luna, pero los lobos, convocados por el aroma, han seguido mi rastro, lamiendo vorazmente la nieve roja.
Me encuentran para saciar su hambre. Mi sangre es menos roja, pues se diluye y se orilla en la nieve, donde busca aquella música asesinada.
(La imagen pertenece a Domingo Hidalgo)

viernes, diciembre 11, 2009

Yo siempre quise tener un poema que se titulara Arte poética.




Arte poética.

Y pregunto por el otro,
ese que me exige
en el espejo de la palabra.
Ventana del mundo
que pernocta en mi escritorio
como una prótesis de vidrio y sus voces,
una montaña de decisiones
que me resumen en un pequeño milagro
y retiran el velo
que me cubre la cara para mostrarme
como una revelación contenida
-mi yo misma-
cuando pienso en verso
o digo tu nombre.

jueves, diciembre 03, 2009

Llovía.

A mi padre
que mora en la lluvia cansada.


Llovía.
Desde entonces, siempre llueve
tristemente,
llueve tu piel tu cabello llueven tus huesos
La lluvia me cala
y huele la madera a mojado a tierra mojada a ti mojado
Los días grises traen
tu imagen a mi memoria tus manos
duras esa última mirada
Llovía
como diciendo adiós
tú sabías que era una despedida y llovía
con furia con miedo con angustia todo se empapaba.

Nos gustaba escuchar las gotas bajo la tela
cuando la lluvia no era muerte,
sentirnos protegidos en casa
calientes felices junto a la ventana
y un pitillo mordido una copa acabada.
Me gusta que llueva, con tristeza
miro el suelo mojado mientras te camino despacio.
Huele a flores a tabaco a ti mojado
y llueve sin agua porque ese día llovía
y desde entonces, siempre llueve
tristemente.


Yann Tiersen - Point Zero

miércoles, diciembre 02, 2009

no ser yo...

no ser yo
para hablar desde mi

bajo la negrura
otra Esther
con grandes bosques
en donde los lobos
lloran

una puerta
tras la puerta

lunes, noviembre 30, 2009

sábado, noviembre 28, 2009

Especial infantil de la revista Al otro lado del espejo

Ésta será la portada del número especial que está editando el grupo Al otro lado del espejo.

La portada la he dibujado yo.

Y
estoy
contenta.

Nada
más.

Bueno, sí.

Gracias.

Aquí le podéis echar un vistazo a la revista. Dentro, además de niños preciosos rellenos de gominola, está mi el cuento de mi pequeño Mario. Doble felicidad.

viernes, noviembre 27, 2009

Ser una nereida

Ahora ya sé que jamás se nos enredarán las sábanas entre las piernas. Sé que no encontraré ningún vello dibujando una caracola en el fondo blanco de la cama. La cama devastada. La almohada siempre con olor a lavanda. ¿Es el olor a lavanda un aroma cruel y triste? No habrá rastro de tus cabellos dorados rojos negros. Jamás sonará ningún piano, salvo en mi cabeza. Sólo ahora creo poder comprender el hielo de tus párpados cuando me miran –si es que me miran-. Entiendo la distancia pero siento cómo se retuerce algo ahí dentro, algo vivo y doloroso. Un depredador que me devora muy despacio, regodeándose en cada bocado. Tengo ganas de vomitar dormir correr. Ojalá llueva. Quisiera que comenzara a llover y no cesara nunca. Agua y más agua sobre mi sobre ti sobre los tejados. Ojalá llueva tanto que arrase todo. Las partituras, los cuentos, los poemas... que me lleve hasta los mismos labios del mar y me deje ser una nereida sin ojos para siempre.

miércoles, noviembre 25, 2009

Pajaritos


T
u pías.
Yo, pío.
El sol
grita.
El cielo,
un brío.
Somos
dos pobres
pajaritos
que en jaulas
de oro
se extinguen
entre trinos.
Tu pías.
Yo, pío,
pío...

o.

lunes, noviembre 23, 2009

Hablo con María Eloy García

- ¿Quién es María Eloy y dónde podemos encontrarla -y no me refiero a Málaga-?

María Eloy es una persona sencilla y subvencionada que se autoengaña discretamente, abaratándose los sueños y rebajándose las metas, para tener el placer engañoso y efímero de conseguir lo que se propone.

- ¿Cuáles son sus orígenes literarios?

Los mismos que los no literarios. Tomo de la vida lo que necesito y no siempre lo más interesante está en los libros. ¿Se puede decir esto el día internacional del libro?


- Si tuvieran que quemar su librería -Dios no lo permita- ¿qué libro intentaría salvar de la barbarie?

Ninguno. Estaría ocupada gritando histéricamente de un lado para otro y pensando en qué bonito resulta contar luego un desastre visto desde lejos.


- Y hablando de fuego, para Juan Felipe Robledo "la poesía es a la vida como el fuego a la madera", ¿cree que es cierto que la poesía pueda transformar la vida?

Los poetas somos tan egocéntricos que en vez de pedir tan solo un segundo de comunicación plena con el lector, pretendemos cambiarle toda la vida. Ay, yo me conformaría con que me comprendiesen tan solo un instante, con que se detuvieran un segundo. Soy más una exhibicionista de gabardina que un gurú trascendente.

- ¿Existe en la actualidad un exceso de producción poética?

Respuesta socialista: es buena una diversidad, favorece la amplitud de miras.

Respuesta fascista: en la diversidad suele florecer la mierda por doquier y las miradas sin criterio.

Yo: La vida es muy corta, así que selecciono. Prefiero aburrirme mirándome el calcio de las uñas.

- Usted habla de la "exigencia del verso" a través de la tradición literaria, ¿significa eso que necesita la poesía humanizarse?

Sí, del todo. Estoy muy cansada de crípticos y de poetas que no tienen culo, de puro místicos y lejanos.

- ¿Tendrá finalmente algo que ver la creación con la neurosis?

Seguro. Cuando era joven quería ser mi amiga Marta que tenía mucho éxito social, así que me puse a pensar en qué modo podían quererme y se me ocurrió escribir. Nunca fui muy lista.

- Siempre me he preguntado si debe el poeta preocuparse por el lector...

Si mucha gente no te entiende es que te explicas mal, no porque eres un iluminado adelantado a su tiempo. Si nadie te lee no tiene sentido, se acaba la comunicación. Hay que abortar la tendencia al poeta de barbilla clavada sobre el pecho. Un poeta también es un producto que necesita merchandising y uno es su propio packaging. No existe, ni tiene sentido un poeta fuera del mundo.

- Cuéntenos cuáles son sus proyectos actuales.

Desprenderme de mí misma. Enfocar las cosas desde otro punto de vista, me canso de mí.


- ¿Hablaría con alguien durante horas sobre poesía?

Con cualquiera, de poesía con cualquiera, menos con un poeta profesional.



LA MANISFESTACIÓN

en el grito hay muchos gritos
y salgo a la calle a gritar contra la injusticia
de tener que salir a la calle a gritar
un señor con bigote que tiene comisión en lo obrero
nos dice cómo se solucionará nuestro laberinto
el minotauro es la multinacional pero él no es teseo
es un delegado sindical en empresa de hilo
que trabaja para los laberintos
que pierden a los usuarios tranquilos en mapas sin leyenda
el reparador del aire acondicionado
que sopló ayer las velas de su trigésimo cumpleaños
está en la manifestación con su frío natural
el negro con las señales del andamio
adelanta el paso
su horizonte lleva puestas todas las vetas del ladrillo
yo pienso cuál es mi eslogan
no tener eslogan es mi eslogan
no entiendo a la joven activista
que grita más que nadie
¿será ella la ariadna que reclama laberintos
para dar sentido a su vida o para conocer teseos
o para matar minotauros?
en estas situaciones me siento francamente midas
con un oro que no vale nada
y vuelvo a mi casa donde los laberintos
no me dejan mirar los jardines colgantes
de la duda
mi gran babilonia


miércoles, noviembre 18, 2009

IV.

Abrir se abre

pero ¿cómo se cierra la herida?

(A. Pizarnik)





Cerca del dolor

crecen flores azules.

Ojos de ensueño.

lunes, noviembre 16, 2009

El inmortal.

Persevera el inmortal y tras sus nueve millones quinientos setenta y siete mil novecientos treinta y un intentos, vuelve a arrojarse al vacío desde el balcón de su casa.

miércoles, noviembre 11, 2009

Algún bello lugar

Pensemos en lugares bellos
para este par de gaviotas maltrechas.
Pensemos en el corazón de una caracola
en donde brama algún mundo
idéntico al tuyo o al mío...

Pensemos,
aunque yo pregunto
¿no fue bello
aquel sótano maloliente
invadido de humo
cuando sus ojos
cuajados de luz
se miraban?
¿no lo fue la muchedumbre
con banderas rojas
y el grito al unísono
en su solo alrededor?
¿no cabía, entonces, la esperanza
donde los hombres juegan al póquer
donde se oye a un bebé
a un gato agonizar?

Pensemos en lugares bellos
como la palma de una gran mano
donde retozar
o morir para siempre en un temblor.
Algún mundo para este par de gaviotas maltrechas
que a duras penas vuelan
sin dejar de sentir sus alas rotas.
Algún mundo, por todos los cielos,
donde ruja el mar de la caracola de algún poeta,
o al menos, algún bello lugar donde gima el lamento de un maldito piano.

martes, noviembre 03, 2009

Memento mori


Llevabas un revólver cargado
de flores y bolas de nácar,
en su interior, gajos como labios,
cuyo movimiento imita
la inagotable rotación de los planetas.

Me diste en la cabeza,
y de las sienes me brotaron amapolas.
Alguien dijo: “recuerda
que morirás”
pero para entonces
ya estaba abierta la caja
de los truenos y las noches.

No entendía nada más de lo que decía,
no comprendía aquel código de gorgoritos,
aquel jilguero encerrado en la voz.

A veces, cosas que no sé y
nubes desesperadas
se alejan de mi gran serpiente metálica.
El feliz asombro de Virginia Woolf
al saber
que no se orinó al morir
-cuando soñaba una muerte de ceniza
mojaba la falda-.

jueves, octubre 29, 2009

Más cuentos para sonreír



Fue el pianista sonámbulo quien me dio la noticia. "Compartimos libro", me dijo. Yo no recordaba ni el relato que había enviado. Rebusqué entre mis correos y di con él.
Lo que son las cosas. Pones empeño en un texto, lo mimas, lo sueñas y no sucede nada. Escribes otro a contrarreloj y resulta es el que más gusta. Eso le sucedió al texto que aparecerá en Más cuentos para sonreír. Un pequeño texto escrito en circunstancias extrañas, con balas sobre la mesa y con mucho miedo en los ojos. En fin. Que conseguí no un cuento negro sino un cuento capaz de hacer sonreír.
Lo pego aquí por si os apetece deslizar vuestras retinas tras las palabras.


Luces de neón.

Llueve. Las ráfagas me impiden ver con claridad. En el espejo retrovisor distingo sus ojos suplicantes. Gritan. Tengo a la chica y el dinero. Lo cierto es que abriría la puerta y la dejaría huir. Con sus medias rotas. Tal vez podríamos hablar, tomarnos unas copas.


Pero los negocios son así.


A esos cabrones les da igual la chica. No tienen hijos. No saben lo que es el dolor. Ella solo es una pieza que sobra en el rompecabezas. Jugarán con ella y después le meterán una bala entre sus preciosos ojos.


Diluvia.


Deben estar dentro. Esperándome. Las luces de neón brillan duplicadas en el asfalto.


Esto es lo que haré. Saldré del coche. Cogeré el dinero. Después, la chica. La entregaré, tal como acordamos. Ellos me darán mi parte y yo no volveré a pensar en ella. Se acabó. Qué más da lo que hagan con su piel.


Cojo la bolsa con el dinero. Está húmeda. Bajo la ventanilla y la arrojo al suelo. Meto primera. Acelero.

Segunda.

Tercera.

Los ojos de la chica me siguen mirando. Ya no hay vuelta atrás.


Esther Rodríguez Cabrales.

miércoles, octubre 28, 2009

Cut up

Cut up. Eso sucede mientras me construyo. El señor de las moscas y la literatura del Siglo de Oro. Así son las cosas. Un poco de todo. Nada. Entretanto, El gran cuaderno con su portada anticuada y sus hojas amarillentas. Por fin he podido comprobar lo que es una librería de viejo. Ese olor rancio. Y el punk. Que me gusta en sus inicios pero después se vuelve cliché. O el perfil de Julien Temple tan poligonal, perfecto para ser dibujado. El color negro briznando mi cara. Y sueño con Where the wild things are. Sueño que tengo un mundo como aquel. Sólo tengo que cerrar los ojos para verme dentro. No puedo parar de repetir la pobrecilla mesa. Sublimar lo ínfimo. Veo la película basada en el libro de William Golding y me decepciono. Ralph no era tan buen chico ¿y dónde la plataforma rosa? Ni rastro de ella. Así son las cosas. La montaña rusa ha comenzado a girar.

miércoles, octubre 21, 2009

Es la mañana, y no yo, la que amanece abatida.
Mi camino se detiene
para que un hombre,
con su minúsculo perro, cruce la calle.
Yo paro. Él cruza. Nunca al contrario.
Me detengo
mientras me seduce una voz
al borde del susurro.
La voz de una madre, de una esposa, de una hija.
Es voz de amante.
Me detengo cuando
la canción desvanecida dice
que puedo ser la mujer que me sueño,
la otra, la de las alucinaciones,
la de los jardines extraños.
Como una armónica dolorida
reanudo la marcha.
En el cielo, -en mi cielo-
nubes desesperadas
buscan un lugar donde morir,
y siento que me quiebro
como una hoja seca
cuando advierto que soy yo
quien las va siguiendo.

domingo, octubre 11, 2009

Camino.

Un paso.

Otro más.

Tiro con fuerza
de mi presente.

Algo me dice
que no mire
hacia atrás.

Por mucho que pese.

Pero yo
miro.

Arrastro cientos de preguntas
sin respuesta,
encadenadas a mis tobillos.

Y aunque siento miedo, camino.

Un paso.

Otro más.

Y otro.




lunes, octubre 05, 2009


Será la primera vez que salen sin mí.
Tan lejos.
Claro que, jamás han salido.
Van al Banderín 51.
Les he dicho que se porten bien.
Me lo han prometido.
Estoy muy feliz
pero asustada.
Nota de prensa en:

martes, septiembre 29, 2009

Le Pont Neuf.




Aquella morfología femenina de curvatura doliente se pone un vestido nuevo. Es azul noche, todo drapeado, ajustándose a cada giro de su vertiginosa piel. Las medias de cristal doran el color de sus piernas, avecinándola a lugares remotos como Tikal o Cancuén, en donde las mujeres lucen pieles tostadas al sol. Sus piernas se alargan casi con demencia por los tacones afilados. Frente al espejo, se atusa el cabello, disponiéndolo, con ayuda de unas horquillas negras, en un moño italiano. Pone rubor en sus mejillas y brillo en los labios. Se peina las pestañas y perfuma su nuca. Un tocado de redecilla cae sobre sus ojos ocultándole la mirada.

Nadie diría que ha pasado la noche en vela, haciendo tintinear los hielos de un vaso infinito.

Nadie diría que acaba de matar una botella de ron hasta su total devastación y ha vomitado bilis.

Sale por la puerta de casa y tras las mirillas, las vecinas la observan en un malicioso silencio. Todas prohíben a sus maridos siquiera mirarla, pero, por ella, los muy cretinos, se tumbarían como alfombras rojas, para que ella pisara sobre sus cuerpos blandos y dóciles y les clavara dulcemente los tacones de aguja. Por eso, ella baja los escalones contoneando sus caderas como una marea mortífera, y sus vecinas se escandalizan sin saber que, en cierto modo, también ellas la aman.

Así es como se aleja de su inmundo vecindario hasta llegar a Le Pont Neuf. Una vez allí adopta su postura habitual de hiena y espera a que algún necio la aborde.

Nadie diría que aquella mujer es incapaz de amar.

Nadie diría que, como todas las mañanas, se dirige a su lecho de muerte.

Nadie diría que abrazará una vez más la lluvia mansa bajo las sábanas.

Para la ocasión, volverá a darse por muerta en aquel oscuro reino.

domingo, septiembre 27, 2009

Entomología

Este escarabajo en mi pecho,
este aroma rancio.

El
alfiler
de
plata
en tus manos,
apuntándome.


Esta muerte.

martes, septiembre 22, 2009

Y con la cabeza sobre tu pecho
oscilando en la penumbra
sin pensar
o, por qué no, pensando en las orillas de este poema
que se circunscribe en el silencio,
en el viento abisal de tu voz quebrada,
en el lenguaje incoherente del amor,
en Ciorán y en todos los apátridas del tiempo,
en nuestros hijos –esos que no han nacido y que jamás nacerán-,
en los poetas muertos,
en las bocas llenas de flores,
en el tiempo que caerá sobre mis manos,
sobre nosotros en la penumbra en el dolor de palabras extranjeras como amor poema o yo.

viernes, septiembre 18, 2009

Decir lo no dicho.

Decir el viento encerrojado.
El silencio.

Un poema.


Decir lo que aún no se ha pensado.

Lo que no existe.
Tu nombre.

miércoles, septiembre 16, 2009

Hablo con Gonzalo Escarpa


Nunca había sentido nada parecido. Terminas un cuento y quedas -o no- satisfecho. Terminas un poema, y sueñas con él. Pero cuando terminas una entrevista, una mirada de asombro se asoma a tu rostro y piensas "has sido mío por un instante".





Gonzalo Escarpa (Madrid, 1977)
En una lectura pública casi puede tocarse el lenguaje (Gonzalo Escarpa)



Licenciado en Filología Hispánica. Durante años se ha dedicado a la gestión cultural. Ha impartido cursos en Másters y ha formado parte del equipo de trabajo de proyectos como Bibliometro (Comunidad de Madrid) o Literalia.tv (televisión en Internet). Es fundador de varias salas multidisciplinares como el Centro de Difusión Poética o Espacio Nautilus. Ha coordinado y ofrecido recitales y talleres de creación poética en universidades y espacios como la Fundación Rafael Alberti, el Mercado de la Poesía de París, La Casa Encendida, el Piccolo Teatro de Milán o el Encuentro de Poesía Digital de Beijing (China). Pertenece a varios grupos de experimentación poética y visual y dirige [sic] sistemas integrales de creación, RedFósforo y La Piscifactoría Laboratorio de Creación. Ha estudiado Arte Dramático y trabajado como actor y director en cine, teatro y televisión. Cuenta con un puñado de premios literarios y colabora con distintas revistas de creación nacionales e internacionales. Ha publicado el poemario Fatiga de materiales (Trashumantes, 2006), No haber nacido (Delirio, 2007) y Mass Miedo (Arrebato libros, 2008). Su obra aparece recogida en una docena de antologías. Asimismo, ha coordinado Todo es poesía menos la poesía: 22 poetas desde Madrid (Eneida, 2004). Entre 2002 y 2003 una beca de creación literaria le llevó a residir en la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores (Córdoba), pero no fue feliz. Actualmente su trabajo se centra en el estudio de la poética escénica, la oralidad, los componentes visuales de lo literario y la experimentación intergenérica en aras de lograr una poesía útil.





Poética

Hoy es mi cumpleaños, hoy no es mi cumpleaños,

encuentro lo que busco, no encuentro lo que busco,

antes solía darle muchas vueltas al mundo,

antes de las chaquetas, del humo y de los trapos.

En el fondo este vaso tiene fondo de vaso,

el amigo aquel supo retener lo que tuvo

y este barco ha seguido sabiamente su rumbo.

Por la ventana vuela lo que queda del año.

Seré por ti sincero, no sabré ser sincero,

me conformo con esta primera primavera,

con la carne primera, con el sabor primero.

Amo el aire de dentro, siempre respiro fuera,

te busco, no te busco, pero siempre te encuentro,

escribo este poema, no escribo este poema.







Sin respiración se queda una después de entrevistar a Gonzalo Escarpa, un trovador del futuro, guapo y espontáneo. Atravesando cientos de unos y de ceros, se cruzaron estas preguntas con sus respuestas, casi a la velocidad de la luz, una noche de principios de Septiembre. Sin voz y sin gestos, cierto, pero con toda su generosidad.

- ¿Cuál fue su primer y verdadero contacto con la literatura?

Tuve la suerte de que mi padre padeció desde siempre la manía de coleccionar libros. Así que para mí las bibliotecas plagadas de ediciones de la época eran tan habituales como el horno o los clics. Recuerdo que me acerqué al Quijote muy pronto, más que nada porque había en casa una edición con grabados originales y porque su tamaño me hacía vislumbrarlo desde cualquier lugar del salón, de modo que aquel libro descomunal me seguía con su mirada litográfica permanentemente. Por aquel entonces pensaba que los libros eran mejores si su tamaño era mayor. También jugaba un importante papel el color de la tapa o la calidad de las hojas. Siguiendo esta lógica, leí con diversión la Biblia, las Mil y Una Noches y otros tochos que se amontonaban en las primeras baldas de una gran estantería de madera legendaria, más que nada porque a las superiores no llegaba. Creo que es el azar el que determina la primera reacción frente a los libros, además de contar de serie con un imán que sea capaz de percibir el magnetismo de toda obra literaria.

Me hubiera encantado responder que crecí junto a los pre-libros de Bruno Munari, pero sería falso, y aún es pronto para empezar a mentir en esta entrevista.

Creo que mis dos primeros poemas se los dediqué, vistiendo aún pantalón corto, a la Virgen María y a Paquirri, porque de la virgen me hablaban cada día en la escuela y del torero recibía información constante desde la televisión.

- Y la poesía como compañera… ¿fue un “amor a primera vista” o se conjugó lentamente?

Desde siempre admiré los juegos de palabras, la música del lenguaje, la paradoja, el ingenio, las piezas imposibles para puzles perversos, la pragmática, el juguete sintáctico… Así que bien podría decir que la poesía fue desde siempre una amiga nada imaginaria.

- ¿Para qué sirve la poesía?

Cuando le preguntaron esto a Borges, se enfadó, replicando: “¿Y para qué sirven los pájaros, imbécil?”. Según Michaux, “la poesía es imprescindible, aunque no sepamos para qué”. Para Ángel Guinda, “una vida sin poesía es imaginable. Una poesía sin vida, inimaginable”. Jorge Bustamante afirmaba que “la poesía no sirve para ganarse la vida, sino para ganarse el alma”. En mi opinión, la poesía no sirve para resucitar a los muertos, pero sí para resucitar a los vivos. Tampoco sirve para crear belleza, como la luz no sirve para crear la luz. La poesía no es un arma cargada de futuro. La poesía, en el futuro, será un arma.

- A Michaux no le gustaba “tener que escribir” pues eso impedía soñar. Según él, escribir no es huir sino avanzar hacia la lucidez, ¿se considera usted un viajero de lo visionario?

Me temo que no. Descreo que la posición del poeta por encima de nada ni de nadie. Creo que no hay mejores iluminaciones que las cotidianas, que se producen a cada instante. El poeta sería algo así como un pararrayos, más bien. Una “méquina dalicada”, como quería Francisco Pino. Si tengo que elegir entre Shelley (”los poetas son los legisladores secretos del mundo”) y Maiakovski (”la poesía es como la extracción del radio/ un gramo de producto por un año de trabajos”), me quedo con el ruso.




- Si tuviera la oportunidad de resucitar a algún autor ¿a quién le otorgaría tal privilegio?

Me gustaría quedar en Salamanca con Aníbal Núñez, pasear por la playa con Fernando Quiñones y ser vecino de Catulo. Pero a mí la mitomanía me paraliza, así que no hablaría apenas, quedaría como un idiota y luego me sentiría fatal. Es una suerte no saber cómo resucitar a un fallecido al que admiro. Si quiero saber de él, busco en sus libros.

- Como trovador del s.XXI ¿puede explicar lo que sucede en su interior cuando recita?

Bueno, ésta me parece la mejor pregunta y la más difícil de responder sin entrar en el misticismo. Probablemente no sepa explicarlo, y por eso me interese tanto. Si para el teatro pobre el teatro consistía únicamente en lo que pasaba entre el actor y el público, para mí la poesía es lo que ocurre entre el poeta y el lector. Cuando leemos un poema en solitario el lector se pierde la reacción del autor, y viceversa. En una lectura pública casi puede tocarse el lenguaje. Activando las herramientas adecuadas, asumiendo que una lectura es un espectáculo lingüístico, una reunión de la tribu para decidir con qué palabras puede entender el mundo, el poeta, por decirlo de alguna forma, “invoca” al lenguaje. Un recital es una sesión de ouija, una fiesta, un cumpleaños y un entierro. Recitar consiste en hacer que la palabra fuego queme.

- ¿Con qué sueña ahora?

Con que esta entrevista tenga algún sentido para alguien que no sea yo, con aprender a tocar el piano, con pájaros, con poder pagar el alquiler, con ser mejor. Ayer soñé que iba al teatro y el patio de butacas comenzaba a moverse y a visitar los tejados de la ciudad recorriendo unas vías, como si fuera una montaña rusa. Esta noche soñaré, casi seguro, que esta entrevista se la he hecho yo a usted.

- Buenas noches, caballero…



jueves, septiembre 10, 2009

lunes, septiembre 07, 2009

Algo en el paisaje ha cambiado:

un renault verdea
bajo el cabello de un sauce,
y condones en el suelo
lloran en silencio
este nuevo desasosiego.

viernes, septiembre 04, 2009

miércoles, septiembre 02, 2009

Nuestras noches se acercan
a este lugar infinito de silencio,
limitado por abismos de dormitorio,
como alas de mosca perdidas
en la inmensidad de un hueco.
Sin embargo, una mano juega a ser feliz
y acude a tu encuentro,
montaña inmóvil, inaccesible, impracticable
para treparte y sentirse
grande,
poderosa, quizás útil, amable.
Pero algo pasa cuando nuestras noches se acercan,
un temblor,
un dulce tormento,
el rumor de tu noche y mi noche
llamándose a besos.

martes, septiembre 01, 2009

Echo en falta las noches sin nombre de furia y capricho.
No las mías
-que jamás sucedieron-
sino aquellas escritas en versos ajenos,
redondeadas en rimas,
flamantes de vida
que curvan mis labios a la pálida luna.
Noches sin nombre leídas mil veces
en habitaciones oscuras.
Aprendidas hasta la extenuación.
Soñadas.

jueves, agosto 27, 2009

Mírame.
Soy aquel bebé que nace cada noche en tu cama, entre sangre y esperma, rompiendo el silencio inventado.
¿Me reconoces?
Cuando llega la noche me abrazas hasta matarme.
Lentamente muero a cada instante mientras me miras, mientras me lastimas.
Muero mientras los perros ladran y tus dedos desertan en mi mientras las voces.
No tengas miedo es tan dulce morir.
Muero a pesar del dolor, a pesar de ti.
Muero perdida en Praga, esperando un tren.
Cuando llega la noche permanezco ansiosa a que me des muerte para nacer de nuevo,
llena de escamas.
Perdida con el camisón remangado.
Siempre escamas blandas escamas.
Ven. Acúname.

jueves, agosto 20, 2009

Se queda uno como desvalido
cuando te vas.


Con la respiración apocada de pájaros,
con los dedos deshabitados.
Los pensamientos emigran en busca de tu sombra,
se dispersan enloquecidos
ansiando el azul de tus ojos
infinitos. Te vas,
y uno se queda como roto,
arrastrando pies ancianos,
tratando de pisar la hierba
para acomodar el dolor
a los límites de la ausencia.


Porque siempre marchas para no volver
y se queda uno como muerto
cuando nombras el gemido.
Luego te regresas
mecido en tu viento,
y ya todo son esperas
de este tiempo obedecido.

viernes, agosto 14, 2009

¿Qué dulce secreto

vino a traerme tu voz?

¿qué aliento fue

el que me acarició desvalido?

¿qué palabra

la que me hirió por dentro,

la que me acuchilló,

la que me lamió

sollozando violentamente?


Cesa el viento

cuando tú no estás,

y caigo rendida,

más sola y asustada que nunca,

inmóvil

pensando en quién piensa en la vida dormida,

ese lugar hermoso,

jardín extraño

con el que aún sueño.

miércoles, julio 22, 2009

Desde el destierro

Cada noche, después de ver llorar a los espejos, te espero como un centinela, sentado en este absurdo banco.

Sé cuándo te aproximas por el viento que agita tu falda.

Entonces me preparo. Abro el periódico y me oculto tras él. Tú apareces como las vírgenes suicidas. Ocurres como un milagro. Contemplo tu rostro. Me detengo en tu boca y siento que el hambre me devora. Me postraría ante ti y te comería abriendo mucho la boca, intentando tocar con la lengua el rosario de tu cielo hasta zambullirme dentro.

Y bajar.

Bajar al infierno de tu cuerpo. A tu infinitud. Quedarme a vivir en tu vientre. Ser tu feto y asomarme a la luz que resplandece al fondo de ti.

Ser estornino extraviado.

Nadar. Querer ahogarme. Nacer y morir dentro. Fundirme. Ser la sangre que te baña. Que vieras en tu mirada, mi mirada. Que lloraras para rodar por tu piel.

Todas las noches, después de derrochar mis fantasías, veo cómo esta religión se escapa de mis manos. Los dioses se desmoronan en un chillido, afilado como una navaja, rompiéndolo todo a su paso, rompiéndome a mí. La fe me abandona agitando un pañuelo cuando, en el camino de arena, pierdo el perfil de tu mirada.

Te alejas sin hacer ruido y una brisa, como de veleta, acaricia mi cara.

Entonces vuelvo a quedarme solo en este estúpido banco, harto del precioso sacrificio.

Sé cuándo te alejas por el surco en el camino, por las hojas arrastradas. Y así, ensimismado en tu universo de destierros, te emplazo, mi bendito fracaso, hasta mañana.


martes, julio 14, 2009

Qué cansada estoy de no ser
o de ser a medias.
Agotada de permanecer
en esta cruel deriva.
Quién sopla.
Viene todo este ruido callado
a tocar mi espalda,
a obligarme este sueño
que tantas veces he detestado.
Quiere su voz seducirme
y obligada sigo su rastro a ninguna parte.
Perdida en este dulce tormento
de aniquilarme,
encuentro mis harapos
tan suavemente ermitaños de mi.
Y vuelvo entonces al castigo
que me trajo hasta aquí,
de nuevo al extravío y entiendo
que sólo así, no siendo
soy.


Nota: Probé para enviárselo a mi amigo Roger y me gustó -por lo visto, a él también-. No sé si es válido. En cualquier caso, lo pasé bien haciéndolo. ¿Lo repetiré?

How tired I am, not being
or being half.
Exhausted to stay
in this cruel drift.
Who blows.
It comes all of that silent noise
to toucht my back,
to bind this dream
many times hated by me.
Its voice wants to seduce me
and bound I follow its trace to nowhere.
Lost in this sweet torment
to annihilate myself,
I find my rags so sweetly hermit.
And I come back then to the punishment
that brought me here,
again to loss and I understand
only then, not being,
I am.

jueves, julio 09, 2009

Querida amiga:

Creo que esa falta de retoricismo puede verse suplida por el peso del nombre otorrinolaringólogo, aunque te confesaré que es una palabra que odio, la odio con toda mi alma, la mataría. Es de esas palabras que preferiría no recordar... porque me hace daño. Mucho daño.

Hace calor. Hay espejos en el asfalto y el horizonte es un sueño que vivo despierta. Casi se pega mi sombra al alquitrán. De vez en cuando miro y sigue tras de mí. Gracias a dios-en-minúscula llego a mi templo favorito. Busco a Ingeborg Bachmann. Unos libros tapan a otros. Todos están muertos. No la encuentro y mi idea primigenia va quedando atrás, entretenida en algún lugar de la piel. Está Rilke y está Brines y está Margarit y está ... tampoco está Rosa Chacel con su cara de abuelita buena. Tendría que dirigirme a uno de esos hombres verdes y pedirles cortesmente que movieran aquellas estanterías. En cuclillas recuerdo que en algún momento deseé leer a Luis García Montero porque habla de lavadoras y de tiendas de muebles. Cojo el libro. Es suave. Me gusta el olor que desprenden las páginas al pasarlas. Me gusta el viento que agita mi interés. Hace que mi pelo se mueva. Casi por inercia dejo de buscar y me quedo con él. Suspiro.

Ahora me mira desde la mesa. Mi yo se esconde de nuevo entre ropa pop.Tendrá que esperar mientras despierto lentamente. Es tan dulce despertar... Ojalá pudiera cerrar los ojos y despertar mil veces.

Cierro los ojos muy fuerte y espero.
Y espero. Deja, por favor, toda esa tierra en tu oído. Es para mí ¿recuerdas? para mí. Y en ella me recluiré.

Y espero.

lunes, julio 06, 2009

El bebé Cadum me mira
desde su confortable rectángulo azul,
como queriendo decir,
entre suaves sortijas de oro,
que las renuncias de hoy,
mañana
se volverán flores carnívoras en los pulmones.

Sólo queda la espera.

martes, junio 30, 2009

Viaje hasta el fin de los hilos

La marioneta sale de casa con prisa. Qué nadie la vea. Sus zapatos repiquetean en el asfalto. Sólo quedan cinco minutos para partir. Está nerviosa. ¿Cómo será eso de viajar en un dragón metálico? Siempre cautiva en su teatrillo, bajo los antojos de aquel caprichoso Dios. Y esa doliente soledad. Viajaría sólo hasta donde sus hilos le permitieran. Después regresaría a su cofre encarnado.

Su ropita recruje mientras espera impaciente.

El tren suspira y abre sus puertas.

La marioneta intenta entrar, pero los hilos no alcanzan, así que tira, más y más hasta tensarlos al límite y entonces, cuando está a punto de retroceder, las puertas se cierran, desprendiendo los hilos de su cuerpo para siempre.

lunes, junio 22, 2009

Camino con paso lento y distraído,

tratando de dilatar la llegada.

Mi corazón al borde del desmayo

y caracoles entre los dedos me susurran al oído.

La sábana del cielo en calma y

la rabia del sol titilante

mecen el murmullo de esta ciudad amable.

Es la hora.

Esther, es la hora.

Un viejo de metal sostiene entre las manos un libro invisible.

No hay flores.

No existen las flores en este lugar de vitrinas.

Los padres, las madres, los hijos

todos sonrientes en círculos mágicos

hablando de nada.

No diciéndose lo que de verdad desean decirse.

Te quiero, papá.

Arrópame en tu pecho, mamá.

Al fondo, una gran lengua de terciopelo

acaricia mi sombra,

desvelando secretos que piso sobre la alfombra,

y un lamento que llega desde algún lugar remoto.

No hay tiempo para lamentarse.

Mi vida, mi sueño,

o todo o nada.

martes, junio 16, 2009

A la pregunta de quién soy, ni yo misma lo sé. Soy una mujer. Soy todas las mujeres y no soy ninguna. Cuando necesito ser yo misma, me visto de princesa muerta. Elijo los mejores vestidos de tul negro y escribo aquella poesía que mi pensamiento violó en silencio.

lunes, junio 08, 2009

algo debe tener la arena / cuando sólo pensar en ella / hace que mi cuerpo tiemble. / una suerte de aroma / de recuerdo. /

/ algo debe tener tu nombre / cuando sólo intentar decirlo / hace que mi voz quiebre. /

/una luz /

/pero qué puede importar. /

/vete.

martes, junio 02, 2009

jueves, mayo 28, 2009

III.

Quién fuera arena
y que me caminaras
perdido en la piel.

Quién fuera ese mar
y que me acariciara
suave tu cuerpo.
Nota de la autora: Apenas sabía de la existencia de las tildes... lágrimas oblicuas que me llueven.

viernes, mayo 22, 2009

Aves migratorias

Se pone el traje que guarda para las ocasiones y acude al punto de encuentro. La flor se la prende en la solapa y sale de casa sintiéndose renacido, con el corazón bailándole dentro. Se pasa la mano por el mentón y comprueba que su piel no raspa. Por el camino, aún le queda tiempo para improvisar saludos sin titubeos.

Elige una mesita redonda, cercana al ventanal, por donde puede ver a un perro atado a una papelera que ladra al viento, a dos hombres besándose con violencia o a un pobre que mendiga con un cartón de vino en la mano. Le pide al camarero un cortado y, mientras espera, juguetea con un pedazo de papel.

De sus manos nace una pajarita.

Mira su reloj de pulsera y excusa su retraso. Saca su cuaderno, arranca una hoja y la marca con esmero. De sus manos nace otra pajarita que deja con cuidado junto al estanque plateado.

Bebe un sorbo de café, se atusa la flor, mira de nuevo la hora y, suspirando, arranca otra hoja.

Pajarita tras pajarita el tiempo se le viene encima. Cuando observa que el camarero barre ya el serrín de los últimos borrachos, deja una moneda junto a la taza vacía y sale de aquel lugar sin páginas en el cuaderno. Se siente estúpido con aquella inútil flor prendida en la solapa. La arranca sin piedad y la arroja lejos.

Cuando llega a casa cuelga el traje que guarda para las ocasiones y allí, solo, dentro de su jaula invisible, mientras marca una nueva hoja, piensa que si las palabras hieren, más aún hiere el silencio. Se asoma a la ventana pues escucha cómo una gran bandada migra graznando hacia tierras más cálidas y ve cómo una nube de pajaritas de papel cubre el cielo plomizo huyendo de las lágrimas. Una de ellas deja caer de su pico una flor que va a parar junto a sus pies desnudos.

miércoles, mayo 13, 2009

II.

Siempre silencio.

Recruje la voz muda,

soñando ruido.

***

Rojo en los labios.

Trenes que chillan adiós.

Mi dulce espera

***

Ojos cerrados.

Templos abandonados,

como soñados.

***

Haiku en tus labios.

Cerezas crujiéndome

dentro, tan lento.

***

viernes, mayo 08, 2009

miércoles, mayo 06, 2009

Annalisa

" Dime, ¿cuál es tu nombre? Me llamaré Annalisa hasta el segundo acto,
más o menos en torno al poema de la mosca,
¿lo tienes? Se te ha caído una hoja.
En realidad, me llamaré Annalisa hasta que te decidas a soñar un poema."

Extracto del poemario El fósforo astillado, de Juan Andrés García Román.

lunes, mayo 04, 2009

Abre la mano

deja que vea ese patio cuajado de lilas.

Y juguemos,

traje las chapas

aunque temo que tu tristeza

engulló el garbanzo

¿sientes ya cómo crece la mata?

Mira, tus ríos están secos,

igual que mi sonrisa,

como una cuerda de tender la ropa

tensa y pulcramente horizontal

a la que sólo le queda un calcetín triste y perdido.

Los peces abren y cierran la boca

como un coro de jazz.

Se están muriendo, cantando.

Beberemos cerveza,

conseguiremos todo un equipo,

y seremos felices como en los cuentos.

Post data. Alguien mató a la perdiz. Así no se ganan los partidos.

lunes, abril 27, 2009

PRESENTACION DE LA REVISTA "AL OTRO LADO DEL ESPEJO"


Miércoles 29 de abril
Presentación de la revista
Al otro lado del espejo
Ciclo Panorama Literario
A las 20.00 h. en el Auditorio del Centro Fundación José Hierro (Getafe)
"¿Qué motivó que el cuento como nuevo género literario tuviera dos espectaculares apariciones, primero en el siglo xix y después en el xx? Curiosamente, la respuesta es la misma: su publicación en revistas y diarios. (...) ¿Qué ocurre en España con el cuento? ¿Ningún periódico es capaz de liberar una columna para acoger un cuento moderno? Se trata de dar oportunidades a gente desconocida, pero fielmente cuentistas (...) El cuento es un género narrativo mayor, quizá el más complejo en su elaboración a pesar de su aparente sencillez (...) el cuento explota en la cabeza, anida en el alma y enseña a ver la vida desde otra perspectiva (...) El cuento es el género literario más acorde con el actual mundo, presuroso y alocado, por dos motivos: por su minimalismo intrínseco y porque en su interior guarda una bomba intelectual. DEMOS UNA OPORTUNIDAD AL CUENTO"
(Extracto del Manifiesto por el cuento con que se abre el nº 0 de Al otro lado del espejo)

sábado, abril 18, 2009

Desierta.
Donde antes hubo voz.
No hace mucho.
Hubo vida.
Presente de compuertas.
Gritos,
que chirrían sin querer,
acaparan esta tierra blanda,
hundiendo sus uñas de viento,
sembrando silencios
que auspician amargos encierros,
naciéndome de nuevo
deshabitada y callada.

Brotaba
como cánticos infantiles
que anuncian alegrías.
Vida. Voz.
Repatriando pensamientos
alejados de mi Edén.
No hace mucho,
antes.
Hubo vida.

martes, abril 14, 2009

La espera


Marcelo sube al último  vagón del tren de cercanías.

Hoy lleva un traje distinto, aunque aburridamente gris.

Elige la ventana de siempre. Lee Las flores del mal. 

Cuando el tren llega a su parada, Ofelia sube las escaleras del último vagón. Con la mirada, busca al hombre que la perturba cada mañana. Elige el asiento opuesto a él. Si quisieran, podrían viajar con las rodillas pegadas todo el trayecto.  

Hoy jugará. Durante sesenta segundos jugará a su juego. 
 

Marcelo sabe que tiene la mirada de su ansiada Circe pegada al cabello.  

Jugará. Como cada día. La mirará y soñará cómo la folla despaciosamente, cómo besará sus labios, aspirará la oquedad de su cuello, la desnudará con demora.

Hasta que ella aguante.

Ofelia se remueve y teme que aquel hombre pueda percibir la agitación de su pecho. Mordisquea disimuladamente el pendiente de su labio.  
 

Marcelo, palpitante, le baja las bragas y un murmullo de sangre recorre su entrepierna. Se cubre con Baudelaire y sigue lamiéndola despacio. 

Ofelia se rinde. Le cuesta mantener esa mirada, así que abre su libro y lee. Hoy, 35  segundos bastarán. 

Cuando Marcelo baja del tren, compra el periódico, hace un sudoku y comienza la espera.


NOTA: A veces escribo y salen cosas como esta, absurdas, que no van a ninguna parte, pero que tengo que escribir, porque de lo contrario se me enquistan. El texto tiene doscientas palabras. Ni una más ni una menos. Sólo quería aclararlo.

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...