Escucho mi nombre,
no de su voz
sino de su letra
y yo la escucho
leyéndola
con ese rumor que me habita
en lo más hondo,
pronunciando cada sílaba
escucho mi nombre
de su letra escrita con su viva voz,
ésa que ya casi no recuerdo,
cualquiera creería está muerta,
me trasmuto en su persona
adopto sus gestos vocales
y leo lo que está escrito
que es mi nombre con su voz,
o lo que recuerdo que debe ser su voz,
lo leo una y otra vez,
lo leo
y mis músculos tiemblan por dentro
como si una nueva vida
despertara
y no despierta, sino que se despatarra
la melancolía por qué
no estás sólo mi nombre está
que leo,
lo leo una y otra vez
y escucho mi nombre
no de su voz,
sino de su letra
que escribió con su voz,
y la melancolía,
otra vez la melancolía.
Esther Cabrales (Madrid, 1973). Poeta. Ha cursado estudios de Derecho y de Filología Hispánica que jamás concluyó, porque siempre estuvo profundamente dedicada al sector financiero. Ha publicado Erosión (Renacimiento, 2017), Cuerpos (Renacimiento, 2019), Animal (Torremozas, 2021), Lengua muerta (Páramo, 2021), Mondo (Bajamar, 2024). Poemas suyos han sido incluidos en antologías nacionales, como son Rojo Dolor (Renacimiento, 2021), Distopía en femenino (Elenvés, 2023).
domingo, septiembre 10, 2017
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Adonde te lleve el cabo de un hilo.
U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...

-
El hombre aproximativo , de Tristán Tzara . ... un tronco de árbol puesto sobre el borde fuma todavía espesas nubes y un bosque querría pega...
-
T odo empezó mañana , cuando la niña rica se pregunta, mientras contempla sus dedos de porcelana qué hubiera sido de ella de haber nacido al...