viernes, noviembre 07, 2008

Es cierto. Me vino bien.
Necesito esa música para mecerme en su canto apenado.
Y necesito más.
Como pensar en árboles.
En raíces profundas.
Perderme en el camino.
Y continuar avanzando.
Recoger frutos.

(¿Dónde están?)

Quizás sea temprano.
Dentro queda arena.


Tal vez una causa perdida.
(Quién sabe.)


Pero para qué detenernos. Es pronto.

¿Has escuchado a los búhos?
Me dan miedo.
Son tan bellos y tan oscuros...

A veces, cuando cierro los ojos, mi oscuridad se hace bosque.
Y el miedo, acude graznando a picotear mis sueños.
Pero para entonces, ya he abierto los ojos.

Hay un pájaro azul en mi bolsillo.
Se revuelve tranquilo.
Aún queda camino.
Tal vez, el final llegue algún día.





(Gracias por la canción.)

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...