lunes, abril 25, 2016

El preso

El criminal confinado entre miles de barrotes, apresado con cientos de llaves, cercado tras decenas de sólidos muros, en una isla remota, a kilómetros y kilómetros de la humanidad, riega dócilmente un lirio en su celda. Su malignidad está a salvo.

Y llora en silencio cuando, del exterior, llegan gratas noticias, como exterminios, asesinatos en masa o alguna violación a una joven novicia.

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...