viernes, agosto 14, 2009

¿Qué dulce secreto

vino a traerme tu voz?

¿qué aliento fue

el que me acarició desvalido?

¿qué palabra

la que me hirió por dentro,

la que me acuchilló,

la que me lamió

sollozando violentamente?


Cesa el viento

cuando tú no estás,

y caigo rendida,

más sola y asustada que nunca,

inmóvil

pensando en quién piensa en la vida dormida,

ese lugar hermoso,

jardín extraño

con el que aún sueño.

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...