Echo en falta las noches sin nombre de furia y capricho.
No las mías
-que jamás sucedieron-
sino aquellas escritas en versos ajenos,
redondeadas en rimas,
flamantes de vida
que curvan mis labios a la pálida luna.
Noches sin nombre leídas mil veces
en habitaciones oscuras.
Aprendidas hasta la extenuación.
Soñadas.
Esther Cabrales (Madrid, 1973). Poeta. Ha cursado estudios de Derecho y de Filología Hispánica que jamás concluyó, porque siempre estuvo profundamente dedicada al sector financiero. Ha publicado Erosión (Renacimiento, 2017), Cuerpos (Renacimiento, 2019), Animal (Torremozas, 2021), Lengua muerta (Páramo, 2021), Mondo (Bajamar, 2024). Poemas suyos han sido incluidos en antologías nacionales, como son Rojo Dolor (Renacimiento, 2021), Distopía en femenino (Elenvés, 2023).
martes, septiembre 01, 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Adonde te lleve el cabo de un hilo.
U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...

-
El hombre aproximativo , de Tristán Tzara . ... un tronco de árbol puesto sobre el borde fuma todavía espesas nubes y un bosque querría pega...
-
T odo empezó mañana , cuando la niña rica se pregunta, mientras contempla sus dedos de porcelana qué hubiera sido de ella de haber nacido al...
4 comentarios:
Yo las extraño, también. Ya casi nadie las escribe (¿o las sueña?). Y si se escriben no se hacen rodar, porque son horas de capricho y furia. Quisiera que vuelvan, esas noches, aunque sea por un rato, con sus labios curvados hacia la pálida luna, sí.
Deberíamos quedar Mariel para irnos de copas.
pues yo como que no
las echo en falta
de las que me acuerdo, claro
bendita (mala) memoria
y olvidos etílicos
que me han dejado
dejarme las venas largas
En rimas la vida se ve y siente distinta sobre todo si son ajenas. Un saludo Esther.
Publicar un comentario