jueves, febrero 04, 2016

[...]

Acallo mi euforia.
Ahogo a la niña.
Me coso los labios.
No digo.
Me digo
no hables, no escribas.
Ahora sí
estás muerta.

Amar siempre

A veces me sucede que tengo tantas cosas que decir, que no sé bien por dónde empezar y, finalmente, no digo nada. Digo decir cuando quiero d...