jueves, septiembre 18, 2008

Sabía que tras las nubes,

la luz aún brillaba.

Así que esperó

alentada por el viento

de su voz.

 

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...