jueves, enero 14, 2016

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me abruma / la gente apresurada subiendo las escaleras/ toda en tropel, y yo entre ella;/ también me abruma/aquel borracho solitario y perdido/ zigzagueando por el paseo/ bajo la luna/ con la sola prisa de encontrar un banco vacío, y yo/ tras él, sintiéndome/pequeña/ insignificante/ incapaz, me abruma/ este sentimiento de soledad,/ la tentativa de mi completa extinción/ el pensamiento maraña/ no iluminar/ a cambio, cantar estos enigmas / ahora, aquí, se me ocurren mil maneras de vivir/ y una de ellas comienza, en el tumulto / en esta endiablada escalera.

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...