Fue claro. Ascenso a cambio de un
brunch. Me puse poca ropa. Mucho maquillaje. Ningún prejuicio. Tomamos un red
velvet. Café. Smoothie de apio y zanahoria. Le masturbé con paciencia y me ofreció sobre su índice una gota de jugo
para degustarlo. Sólo después se detuvo su corazón y cayó sobre mí, como una
gran muralla en ruinas. El estúpido jamás despertó.
Esther Cabrales (Madrid, 1973). Poeta. Ha cursado estudios de Derecho y de Filología Hispánica que jamás concluyó, porque siempre estuvo profundamente dedicada al sector financiero. Ha publicado Erosión (Renacimiento, 2017), Cuerpos (Renacimiento, 2019), Animal (Torremozas, 2021), Lengua muerta (Páramo, 2021), Mondo (Bajamar, 2024). Poemas suyos han sido incluidos en antologías nacionales, como son Rojo Dolor (Renacimiento, 2021), Distopía en femenino (Elenvés, 2023).
jueves, junio 23, 2016
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Irás naciendo poco a poco
Tal vez la vida sea sólo eso. La lectura de aquel libro. Escribir un verso, probablemente mediocre. Subrayar frases hermosas con marcadore...

-
El hombre aproximativo , de Tristán Tzara . ... un tronco de árbol puesto sobre el borde fuma todavía espesas nubes y un bosque querría pega...
-
Pesa . El verano, digo. Me había reservado, con la ilusión de una niña, un par de libros de lectura. Saben de mi devoción por ciertos autore...