Mojó mi deseo fósil la apetecida lluvia.
Lo hizo blanda realidad y ahora
es tiempo de temblar, pienso,
pero como lo haría el trigo al viento,
resistiéndole espigado.
Así yo a tu miedo,
oponiendo con grácil gesto
toda adversidad.
Piedra flácida
que exponencial crece
apuntando al día abovedado,
acercándose despacio al sol.
Canto que a trompicones rueda
quiere el viento pulirte
en su sueño de redonda arquitectura,
ah, de nada te servirá esquivarlo,
procura tu solidez a las caricias
que a tus aristas moldearán
y oponte como un verso lo hace al miedo.
¿Qué otra lluvia podrá complacerme ya
sino ésta templada
que parece relegado vestigio?
Esther Cabrales (Madrid, 1973). Poeta. Ha cursado estudios de Derecho y de Filología Hispánica que jamás concluyó, porque siempre estuvo profundamente dedicada al sector financiero. Ha publicado Erosión (Renacimiento, 2017), Cuerpos (Renacimiento, 2019), Animal (Torremozas, 2021), Lengua muerta (Páramo, 2021), Mondo (Bajamar, 2024). Poemas suyos han sido incluidos en antologías nacionales, como son Rojo Dolor (Renacimiento, 2021), Distopía en femenino (Elenvés, 2023).
viernes, junio 11, 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Bric-à-brac
Pesa . El verano, digo. Me había reservado, con la ilusión de una niña, un par de libros de lectura. Saben de mi devoción por ciertos autore...
