Entre tu vida y la mía
existe un espacio de tiempo yermo,
que nos secciona
y nos prodiga
en una falsa cercanía
de fantasmas. Distancias.
Soy un cuerpo incorpóreo
de materia etérea.
Tócame. No me toques.
El camino es largo
para quien lleva en los ojos
una venda negra y certera.
Avanzo ciega por un camino baldío
esperando encontrar tu presencia,
y rozar las espinas de tu lengua con la mía.
Salvo distancias, turbada,
espinas, llagas,
y la lejanía no calma
este dolor de abandono
que se instala en mi cama.
Es la distancia la que me salva
de tamaña agonía.