domingo, enero 31, 2016

Soy
como ese ángel de Valente
que quería escribir himnos
y sólo conseguía plañidos,
palabras rotas,
                      amargas,
                           melancólicas.
Ese ángel
de nula celebridad
debo ser yo.

Con la pequeña diferencia
de que ni siquiera soy
ángel, ni quiero escribir.

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...