viernes, noviembre 05, 2010

Espumarajos de colores y pompas
fúnebres.
Zapatos.
Aquella tarde
el mar
llamaba a los niños
por su nombre.

Bric-à-brac

Pesa . El verano, digo. Me había reservado, con la ilusión de una niña, un par de libros de lectura. Saben de mi devoción por ciertos autore...