viernes, noviembre 21, 2008

Noviembre

Noviembre

con su batir de alas

me espera sobre el asfalto

roto.

 

Hay un espanto en el suelo

que me recuerda al frío

de sus ojos.

 

Noviembre hielo en tu mirada.

Tu voz,

un témpano agotado,

no sabe de amor.

Y calla.

 

Un revuelo de otoño

se agita entre mis pies

azarosos,

 

un gajo de luna

un palacio

de oro.

 

Y la vida fluye

de neones

precipitada,

y Noviembre y mi pelo,

y todas aquellas fotos

y la constancia del cielo.

 

Noviembre olvido en tu cama.

Sábanas de seda

que no esperan

nada.
 

Tu voz,

un atabal mudo,

no sabe de ternura.

Y calla.


Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...