Noviembre
con su batir de alas
me espera sobre el asfalto
roto.
Hay un espanto en el suelo
que me recuerda al frío
de sus ojos.
Noviembre hielo en tu mirada.
Tu voz,
un témpano agotado,
no sabe de amor.
Y calla.
Un revuelo de otoño
se agita entre mis pies
azarosos,
un gajo de luna
un palacio
de oro.
Y la vida fluye
de neones
precipitada,
y Noviembre y mi pelo,
y todas aquellas fotos
y la constancia del cielo.
Noviembre olvido en tu cama.
Sábanas de seda
que no esperan
Tu voz,
un atabal mudo,
no sabe de ternura.
Y calla.