viernes, septiembre 10, 2010

Carne cruda.

Los rotamente perdidos.
Autómatas
en su circulo
sin fin.
Aúlla el mal
desde lo profundo
-inalcanzable fin-.
Se llora.
Vastamente se llora
el desenlace
y queda cruda la carne
en los ojos.

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...