Esther Cabrales (Madrid, 1973). Poeta. Ha cursado estudios de Derecho y de Filología Hispánica que jamás concluyó, porque siempre estuvo profundamente dedicada al sector financiero. Ha publicado Erosión (Renacimiento, 2017), Cuerpos (Renacimiento, 2019), Animal (Torremozas, 2021), Lengua muerta (Páramo, 2021), Mondo (Bajamar, 2024). Poemas suyos han sido incluidos en antologías nacionales, como son Rojo Dolor (Renacimiento, 2021), Distopía en femenino (Elenvés, 2023).
sábado, diciembre 31, 2016
lunes, diciembre 26, 2016
Carson McCullers
"Nos debatimos entre la nostalgia por lo familiar y un impulso hacia lo extranjero y extraño. Lo más frecuente es que sintamos dolor por los lugares que nunca hemos conocido"
sábado, diciembre 17, 2016
Philip Roth
La literatura tiene cada vez menos impacto. Pienso que en 20 o 30 años las novelas serán como lo que hoy es la poesía: un objeto de culto.
domingo, diciembre 04, 2016
Roberto Bolaño
sábado, noviembre 19, 2016
Emil Cioran
Te falta ahínco para torcer el hilo de pensamiento, para ensartar en él las cuentas del collar de la frágil esperanza. Detrás, hiede la carroña de la vida. Y el que lee en tus pasos, descubre en ellos un asesino.
Emil Cioran
www.estherdeberenice.jimdo.com
miércoles, noviembre 16, 2016
sábado, noviembre 12, 2016
domingo, noviembre 06, 2016
Julio Cortázar
“Un escritor nunca llega a escribir lo que él quisiera escribir, un libro más es en cierta medida un libro menos, menos en ese camino final de irte acercando al libro final y absoluto que nunca escribes, porque te mueres antes”.
sábado, octubre 22, 2016
martes, octubre 18, 2016
viernes, octubre 14, 2016
Jorge Luis Borges
La novela es una superstición de nuestro tiempo, así como lo fue el drama en cinco actos o la epopeya en otras épocas. Es muy verosímil que la novela desaparezca, mientras que el cuento... No veo una literatura sin cuento o sin poesía, en tanto que una novela de cuatrocientas, quinientas páginas puede muy bien desaparecer.
J.L.Borges
Texto extraído del libro de María Esther Vázquez, Borges sus días y su tiempo.
domingo, octubre 09, 2016
Cynthia Ozick
El mundo del libro lo disputan dos especies de escritores: los que aplican la prosa de segunda mano y los que no. Imagine un gran rollo de tela, no de lino o seda, sino de poliéster barato. El escritor de segunda mano corta piezas de la misma, capítulo por capítulo, cuento a cuento. Sin embargo, independientemente de lo que cosa con ellas, ya sea novela o cuento (o incluso poesía), siempre será poliéster. El segundo tipo de escritor aspira a convertirse no sólo en un escritor de gatillo fácil sino en algo completamente distinto: un escritor que también es artista. El arte literario combina lenguaje forjado de yuxtaposiciones frescas, de palabras que no se escuchan en el mercado o en la tienda de jardinería, con ideas y observaciones que, aunque un poco gastadas (porque todos los cuentos se han contado antes), nos parecen nuevas.
lunes, octubre 03, 2016
El hallazgo.
En el armario me topé con aquel viejo libro que abrí al azar. Ése que tanto le gustaba a mamá. Entre las páginas, sus ojos leían voraces los versos de Dylan Thomas. Debió dejarlos olvidados cuando murió repentinamente. Llevábamos meses buscándolos. Ahora podríamos completar sus cuencas vacías y, por fin, descansar.
sábado, octubre 01, 2016
martes, septiembre 27, 2016
Aunque no falte
aire
me cuesta
respirar
hablar
aunque no falte
lenguaje
ni cosas que decir
argumentos
pretextos
aunque no falten
libros
poemas
canciones
películas
vida
-digo vida
y no
alguien con quien hablar
de estos asuntos
de la nada
del silencio
de la negación
de lo absurdo-
me cuesta
pensar
y es arduo,
pensar
en otra cosa
que no seas tú
o saber
reconocer
cuándo
la fecha exacta
del día
que he muerto tanto.
viernes, septiembre 23, 2016
domingo, septiembre 18, 2016
sábado, septiembre 17, 2016
Una flor tan alegre. Emily Dickinson.
So gay a Flower
Bereaves the Mind
As if it were a Woe -
Is Beauty an Affliction - then?
Tradition ought to know -
viernes, septiembre 16, 2016
Anne Carson
Ciudad del amor.
Ella se adentra.
Maiz húmedo.
Trenza amarilla.
Por su espalda.
Variación sobre el poema Love town de Anne Carson.
martes, septiembre 13, 2016
Tiempo
domingo, septiembre 11, 2016
En mi sueño
Hoy
en mi sueño
he soñado
que era anciana
una mujer hermosa
de melena blanca
y que esa anciana
en su sueño
soñaba a su vez
que era joven
una mujer hermosa
de oscuro cabello
y todo era perfecto
así
siendo todo un sueño
siendo todo sin ser.
sábado, septiembre 10, 2016
viernes, septiembre 09, 2016
Tren sin retorno
Nadie nos advirtió
que la vida iba tan en serio.
Pierdes a tu padre
sin que nadie
te ponga sobre aviso
para despedirte
como nunca has hecho
ni incluso
como cuando
por vez primera
dormiste fuera de casa
en el Monasterio de piedra.
Y pierdes
amores, amigos, trabajos.
Pierdes vida
y ganas muerte.
No hay patrones ni reglas.
La cuenta de pérdidas
crece
inconmensurable.
Pierdes libros, poemas, momentos, palabras.
Un tren que se aleja.
Quizá quisiste subir.
También los trenes se pierden
y no regresan.
Te pierdo a ti.
Tren sin retorno.
Y qué gano a cambio.
Tal vez, a mí misma
y un puñado más de muerte.
lunes, septiembre 05, 2016
sábado, septiembre 03, 2016
miércoles, agosto 31, 2016
Entropía
a estas alturas
puedo
estoy en condiciones de afirmar
me atrevo, de hecho, a verbalizar
que estoy fuera del mundo
que me he ido
me he ido de mí
de mí y de todos
de todo en cuanto estaba
de todo y de todos
fuera del mundo
me he ido de mí y del mundo
me hallo
en el afuera de todo
allí
donde tú no estas.
lunes, agosto 29, 2016
domingo, agosto 21, 2016
miércoles, agosto 17, 2016
viernes, agosto 05, 2016
sábado, julio 30, 2016
Silencio
Treinta días de silencio.
Se dice pronto.
En el más absoluto
de los silencios.
Qué luto.
Qué orfandad.
Si, al menos, me llegara
aquí
a mis manos
no digo nada
tan sólo
si sólo fuera eso
fíjate qué poco
una señal, digo
una estrella
aunque estuviera
la pobre
qué lástima
apagada.
viernes, julio 22, 2016
sábado, julio 16, 2016
Extraña felicidad
Alrededor de aquella mesa se congregaban los hombres más influyentes del mundo. Todos discutían asuntos importantes haciendo aspavientos con los brazos. Uno de ellos llevaba una nube sobre la cabeza y, cada vez que hablaba, rugía un trueno. Otro, al discutir, se reflejaban en sus ojos lingotes de oro y diamantes. Había entre ellos un hombre con un saco negro cubriendo su cabeza. No hablaba, ni falta que hacía, porque a su alrededor sonaba una tétrica música mortuoria que haría temblar al más pérfido de los seres. Solo un pequeño hombre mantenía la calma. Le volaban luciérnagas, mariposas y libélulas. De su boca emergía una rama muy verde que brotaba rápidamente y crecía retorciéndose por la sala, ocupando cada rincón. Todo se llenó de flores y trinos cuando llegó su turno y, los hombres importantes, indignados, se devolvían miradas llenas de incomprensión. Era como si el verde les hiciera daño a la vista. El canto, a los oídos. Las palabras sensatas, al corazón. Nada se solucionó aquella tarde pero, por un instante, muy muy breve, un arco iris ocupó el lugar del nubarrón, un silbido salió de los labios del verdugo, los ojos del ambicioso hombre se cuajaron de pequeños pájaros picaflores y todo tuvo la hermosa similitud de un cuadro del Bosco. Fueron segundos de una extraña felicidad.
jueves, junio 30, 2016
Amenorrea
domingo, junio 26, 2016
viernes, junio 24, 2016
Viaje en cuatro actos
jueves, junio 23, 2016
La oferta
viernes, junio 17, 2016
Pedazos
miércoles, junio 15, 2016
La playa
domingo, junio 12, 2016
jueves, junio 09, 2016
El soldadito de plomo
lunes, junio 06, 2016
La mano
domingo, junio 05, 2016
La aparición del pájaro que vuela
La aparición del pájaro que vuela
y vuelve y que se posa
sobre tu pecho y te reduce a grano,
a grumo, a gota cereal, el pájaro
que vuela dentro
de ti, mientras te vas haciendo
de sola transparencia,
de sola luz,
de tu sola materia, cuerpo
bebido por el pájaro.
Jose Ángel Valente
Confieso que adoro leer en la cama. No puedo conciliar el sueño si antes no he leído, al menos, un par de páginas. Y además, soy lectora desordenada. Mezclo las lecturas caprichosamente. Las mantengo abiertas en mi cabeza y las voy alternando según mis deseos. Tal vez por eso, mis lecturas se prolongan demasiado. Una necesidad que puede tener su origen en mi afición a la escritura. Actualmente leo Prohibido entrar sin pantalones, de Juan Bonilla -que, hoy, terminaré y, por ser una lectura difícil, aún se ha prolongado más- y también leo Purga, de Sofi Oksanen. Pero estas lecturas se ven infinitamente interrumpidas por la poesía. Para mí, leer poesía, es como alimentarme. A ciertas horas, y según haya acontecido el día, necesito un verso de aquí, un verso de allá, y mis neuronas, libres por fin de los números, de las operaciones del mundo financiero, de las ampliaciones de capital tan recurrentes estos meses de comienzo del verano, relajadas ya, hacen curiosas asociaciones de todas esas experiencias de la lectura. Fue ayer cuando me asaltó la feliz asociación de un poema de Valente con otro, bien distinto, del último poemario de Juan Bonilla, Poemas pequeñoburgueses, titulado Beberse un árbol y que, ahora, soy incapaz de separar.
jueves, junio 02, 2016
miércoles, junio 01, 2016
Poner orden
Intentaba poner orden en mis pensamientos, como si de una caja llena de cachivaches, de hoy y de ayer, se tratara. Y qué mejor modo de hacerlo que poniendo orden entre mi colección de libros. Orear algunos de ellos, dar cabida a otros. Por algún defecto mío que aún ignoro, acumulo toda la poesía en un solo estante y me sirvo de criterios de orden muy estrafalarios, como colocarlos en parejas amorosas, digamos Ingeborg Bachmann junto a Paul Celan o, se me ocurre, Única Zürn junto a Hans Bellmer. También sitúo cerca de Anna Ajmátova a Marina Tsvetaieva, en fin, esa clase sentimental de orden. Conviven en aquel estante entre setenta u ochenta libros de poesía que, ante la imposibilidad de permanecer en una fila única, se han visto en la necesidad de ocupar una segunda, ocultando la presencia de autores muy importantes en mi vida. De modo que, para alcanzar a Novalis, tengo que quitar de en medio a Cristina Peri Rossi. ¿Decir “los autores más importantes de mi vida” no es decir un disparate? Viniendo de mí, es posible. Libero, pues, una estantería para acomodar esos libros apelotonados. Decido llevar a esa balda libre a mis poetas predilectos. Aníbal Núñez, Joyce Mansour, Ana Cristina César, Alejandra Pizárnik y, recientemente, Juan Bonilla. Ahora, contando esto, me doy cuenta de que olvidé rescatar a Wislawa Szymborska. Al llegar a casa la trasladaré a un lugar privilegiado.
lunes, mayo 30, 2016
81 casillas
jueves, mayo 26, 2016
La vida vivida
miércoles, mayo 25, 2016
El columpio
martes, mayo 24, 2016
Dibujar a Ajmátova
Cómo dibujar a Maiakovski sin reparar en Ajmátova, en sus ojos verdes, en su tierra blanda. Sé que os sorprende que no me detenga en Lily Brik. Os diré por qué. A Lily la tenía, a ella y a Osip. Tenía el pack completo, pero a la acmeísta la deseaba, aunque lo expresara tan violentamente. Sabía que, de conseguirla, caería muerto de amor. Cuando Maiakovski se transparentaba tenía una Ajmátova desnuda por corazón.
Adonde te lleve el cabo de un hilo.
U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...

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El hombre aproximativo , de Tristán Tzara . ... un tronco de árbol puesto sobre el borde fuma todavía espesas nubes y un bosque querría pega...
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T odo empezó mañana , cuando la niña rica se pregunta, mientras contempla sus dedos de porcelana qué hubiera sido de ella de haber nacido al...