viernes, septiembre 18, 2009

Decir lo no dicho.

Decir el viento encerrojado.
El silencio.

Un poema.


Decir lo que aún no se ha pensado.

Lo que no existe.
Tu nombre.

9 comentarios:

sonoio dijo...

leer este poema al empezar mi mañana está muy bien!

gracias

natalia manzano dijo...

eso quisiera yo, decir lo que aún no he pensado... pero sin palabras, con acciones.



me gustó.

Marisa Peña dijo...

me gusta muchííísimo, Esther.La disposición tipográfica, el tono, la evocación que despiertan esos huecos vacíos.Bravo, guapa

Andrés Alterio dijo...

Dices mucho con pocas palabras. Enorme sencillez. También en esos silencios que dejas.

Un saludo.

PÁJARO DE CHINA dijo...

Esther, redujiste exquisitamente los tratados filosóficos sobre el nombre y la cosa y el acto de "nombrar" para crear, para insuflar vida (el gesto adánico de nombrar las cosas por primera vez ...). Tu pulso para asir lo inmenso en cuatro líneas ....

Granito dijo...

No se puede decir más en menos, y de forma tan bella.

Stalker dijo...

Y el nombre empieza a existir en la arquitectura invisible del poema, germina en el ritmo, en la disposición tipográfica, en el pathos. Pero el nombre es estremecimiento y conviene no decirlo, o decirlo apenas en sombra, callarlo aún hasta haber tallado el vértigo adecuado, el cauce que lo acoja y nos anegue con ese recatado pero irresistible ímpetu torrencial. Tus palabras ahí: huellas de una secreta combustión, aún sin forma.

abrazos

Luna Miguel dijo...

y no decir

Portinari dijo...

No hay término medio. Pero quizás el espejo invierta nuestras acciones.

Me ha gustado mucho :)

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...