jueves, diciembre 31, 2015

martes, diciembre 29, 2015

Hilo

Hay un hilo a este lado de mi cuerpo.
Aquí, mira.
El hilo, infinitamente longitudinal al camino que yo sigo, secciona dos mitades bien diferenciadas, la mía y la tuya.
A este lado del hilo estoy yo.
Tú al otro. En fin, la idea de ti.
El hilo es tan liviano que podría barrerlo una bocanada de aire caliente.
Tan frágil que yo misma podría cortarlo con los dientes como una hebra de costurera.
Y aunque es un hilo invisible para el resto,
cercena cuando trata uno de cruzarlo.
Corta pies, manos y cabezas.
Frena, hiere, mata.
No acaricia no besa no ama.
Pero no sé caminar sin él.
Pues es guía.
Es la idea de ti que me acompaña.
La idea de ti 
a la que tanto amo.
La que, infinitamente, me acompaña.

lunes, diciembre 21, 2015

Interrogatorio

Camino, cada día, a este lado de la verja.
Señoreada por los siglos.
Aún hoy me estremezco.
Recuerdo el frío.
El vaho salir de las palabras.
No había testigos.
Tan sólo, lilas.
Un momento, no. 
Era diciembre.
Eso sí lo recuerdo.
Todo el mundo sabe que en diciembre no hay lilas, sino sarmientos.
Tenebrosos y retorcidos como un dolor.
Hacía frío, eso es seguro.
Aunque ella no lo sentía.
Acarreaba libros. Dos, tres. Cuadernos preciosamente garabateados, quizás.
Era bien entrada la mañana.
Prolijo el tráfico.
Ruidoso, ya saben,
esa clase de trajín de gran ciudad.
Pero ella no escuchaba nada.
Absorta en la mirada.
En el azul. En el naranja.
Ignoro lo demás.
Lo intento en vano.
Yo sólo pasaba por allí.
Fugaz.
Sí. 
Bueno.
Un último y pequeño detalle.
Tal vez que
la sonrisa se hizo beso.
Y eso fue lo que, a mi juicio, la mató.

jueves, diciembre 10, 2015

Tengo miedo.

Tengo miedo. Así como lo siento lo digo. Este miedo es un miedo impreciso. Germinado en el amor. Tal vez en el deseo. Frío como el aliento de un lobo aullando a la luna. Es un cadáver que espera en la cámara mortuoria. El canto melodioso de la reina de hielo. Es una cara b de los Banshees. Un feto de tres días.
Es grande este miedo mío pero, también es ambiguo. Tiene algo de luminoso. Como la presunta claridiscencia justo antes de la muerte que ciega, impidiendo ver el escenario, los personajes, sus brazos, sus manos que acarician, sus labios. Desearía estar fuera de la obra. No totalmente. No tener responsabilidad en ella. Poder contemplarla como espectadora. Tomar notas. Subrayar. Escribir al margen apuntes que caerán en el olvido.
Por eso cojo tu mano. Dejo que me lleves. Me abandono. Y este miedo sigue siendo impreciso a tu lado, pero es menos miedo, menos frío. Más humano.

viernes, diciembre 04, 2015

Y no sabrás...

Y no sabrás cómo son mis ganas.
Ni cómo muerdo las preocupaciones.
Nunca me verás enredar un mechón de cabello distraídamente en el recuerdo dibujando espirales.
Desconocerás mi cara de asombro frente al espejo cuando devoro tus ojos.
No entenderás lo que me duele aún aquella pérdida.
No descubrirás de qué modo acaricio fantasmas sólo con mirar.
Ni cómo, al amanecer, canto desolada.
No hallarás junto a mí una sonrisa de gato.
Tampoco contemplarás este cielo verde rosa amarillo que contemplo ahora.
No escucharás el temblor.
No sentirás la agonía.
Seguiremos siendo
unos completos desconocidos.
Respira.

De ella

De ella se dice
que está perdidamente
enamorada
de las palabras

y de la luna.

martes, diciembre 01, 2015

Escribir absolutamente todo

Escribir absolutamente todo. Escribirlo mediante ideas abstractas. Esas que no utilizo a menos que me sienta desgarrada. Ideas jeroglífico. Como rodearme de un tejido, de fina urdimbre y suave trama, que silencie mis ojos. Una tela de araña. Una espiral resistente capaz de aguantar mi desánimo. Envolverme en la ternura radial. Enlazar mis brazos alrededor de mi cuerpo sentir la delicada organza. Contener la respiración. Tragar nubes blancas como grandes ballenas varadas. Sentirme plena. Imaginar que esas nubes son el alma. Me he tragado el alma. Para siempre me he tragado el alma. Su alma. He compensado la tristeza escribiendo bobadas. He olvidado un estar. He echado en falta lo desconocido. Todo eso he hecho. Además de hacer planes sobre todo eso que habré de hacer. Como seguir escribiendo extrañas simplezas que entretengan mi mente. Soñar cuentos contados por el alma tragada. Dormir tranquila en esa voz.

domingo, noviembre 29, 2015

viernes, noviembre 27, 2015

porque yo también quiero

Porque yo también quiero.
Quiero que dejes de ser viento perseguido.
Mi viento.
Que tus silencios se extingan
desde este preciso instante.
Que deje de sonar esta lacónica banda sonora.
Quiero que me leas y que entiendas
lo incomprensible, porque eso es sólo para ti.
También quiero que vengas pronto.
Y sí, quiero que me tortures, pero amor, hazlo dulcemente, como si trataras con lo más indefenso.
Quiero que estalle una guerra
para que me abraces y me pongas a salvo mientras caen las bombas a nuestro lado.
Quiero que me preguntes, que me hables, que me quieras, es mucho querer.
Quiero un gran deshielo que parta la tierra y nos junte a ambos.
Puede que muramos. Quiero
que tus palabras sean sólo mías.
Quiero que pronuncies mi nombre y te estremezca.
Ya sabes, esta clase de estupideces quiero. 
Esas que, al final, harán de mí una caricatura.
Lo que quiero es que ese poema sea verdad.

jueves, noviembre 26, 2015

Diría la verdad

Diría la verdad.
Pero no sé escribir si no es con miedo.
Tendría que despojarme del vestido que me contiene.
Para escribir mi vida, pues no sé hablar de otra cosa.
Aflojar los arneses.
Que la tela resbale por sí sola.
Si pudiera hacer con mi vida lo que hago con mi pelo,
cortarla sin miedo.
Una afrenta al temor como una afrenta al cabello.
Estas estupideces ayudan a soltarme.
Me he prometido escribirlo todo.
Como que lloro cuando rememoro la vida
de Tsveitaieva recitando versos en francés mientras la interrogan.
Como que tiemblo cuando leo a Duras.
Tú no lo entiendes. No puedo explicarlo.
No es igual a cuando te gusta un plato exquisito que te mueve y te estremece de gusto.
Es más una desazón en las encías. Cuanto más aprietas la carne que late, menos duele. Y sueltas y aprietas. Y deseas aflojar para que duela y, vuelves a presionar.
Como que me confieso una enferma de belleza.
Adicta de la tragedia.

miércoles, noviembre 25, 2015

Sentirse poeta por dentro y por fuera

Sentirse poeta por dentro y por fuera.
Un ser.
Nada fácil.
Incómodo.
Es un no encajar en el puzzle.
Sentirse pequeño. 
Ajeno a todo y, paradójicamente, implicado en todo.
Una maldición que te absorbe y te engrandece y te hunde.
Es un problema.
Un mirar raro.
Un enfermar de palabras signos significados.
Una indagación no resuelta.
Un honrar al padre a ti mismo.
Es dignificarse.
Responder con versos en francés.
Una hermosa obsesión.
Una condena que te escupe fuera del entorno.
Sentir pequeñas las palabras.
Sufrir.

martes, noviembre 24, 2015

Silencio

silencio.
(Del lat. silentĭum).
1. m. Abstención de hablar.
2. m. Falta de ruido. El silencio de los bosques, del claustro, de la noche.
3. m. Falta u omisión de algo por escrito. El silencio de los historiadores contemporáneos. El silencio de la ley. Escríbeme cuanto antes, porque tan largo silencio me tiene con cuidado.
4. m. Der. Pasividad de la Administración ante una petición o recurso a la que la ley da un significado estimatorio o desestimatorio.
5. m. Mil. Toque militar que ordena el silencio a la tropa al final de la jornada.
6. m. Mús. Pausa musical.

"¡Silencio! ¡A callar he dicho! Las lágrimas cuando estés sola. ” (La casa de Bernarda Alba. Federico García Lorca).

" Silencio es todo lo que tememos.” (Emily Dickinson)

"el silencio es luz
el canto sabio de la desdicha” (Alejandra Pizarnik)

"Es tan vasto el silencio de la noche en la montaña. Y tan despoblado. En vano uno intenta trabajar para no oírlo, pensar rápidamente para disimularlo.”
(El silencio. Clarice Lispector)

"A veces estoy vacía durante mucho tiempo.
Existo sin identidad.
Primero da miedo. Y después experimenta un movimiento de
alegría. Y después se para.
La felicidad es lo mismo que decir un poco muerta.”
(Eso es todo. Marguerite Duras)

" Escribo, sin querer, lo que el silencio comunicara. ”
(Ángel García López)

El monstruo acecha. 
Merma la distancia.
Hace frío aquí.
Ojalá pudieras salvarme.
Sólo tu voz me salvaría.
Siento bocados cuando te pienso.
Quedó el corazón magullado.
Si me lo arrancaras para cuidarlo
con caricias palabras tus ojos
tan débil se siente.
Quisiera gritar. Partirme en dos.
Reabsorberme. Quedar en nada.
Yo sólo deseaba ser tuya
como en una novela rosa.
Pero ¿no tienes frío?
Ya viene.

viernes, noviembre 20, 2015

Suplico

Suplico --y remarco el presente del indicativo como si no hubiera más tiempos ni más modos ni más acciones que ésta-- 
una gentil ceremonia
que de mí para siempre te arranque
expulsando esta maldita latencia de mar sostenido 
que no cesa en días en noches en versos,

un exorcismo
que con salmos, rezos, penitencias, sacrificios sea capaz de librarme del castigo de este imperturbable zumbido de abejas
anidado bien hondo tu nombre,

un maléfico rito
que profane y ahuyente la calma que te asiste 
mientras en mí percute el dolor 
hasta el bruto enloquecimiento.

Un algo --reitero--
que de mí,
para siempre, 
te arranque.

jueves, noviembre 12, 2015

regreso, esta vez para quedarme

Regreso,
esta vez para quedarme
en este cielo limpio
de manos abiertas,
sonrisas y besos,
de asedios que hieren dulcemente
y recibo el consuelo de los adioses 
jamás articulados;
los guardo en un estuche al que prenderé fuego durante el ocaso,
y arderán las voces
--¿he dicho voces cuando quise decir silencios?--
los ojos aniquilados,
nuestros corazones prenderán
como el vasto papel escrito y olvidado en un sótano, 
en la soledad de la bandeja de entrada, tal vez 
amontonado en la papelera, junto a las facturas de luz de agua de ofertas de adsl;
el humo, cuerpo sin cuerpo, 
que envuelve y ahoga,
irrespirable 
calará mis sueños,
pues eso es morir y, sin embargo, continuar soñando.

martes, noviembre 10, 2015

este frío

Este frío
cuando no hablas,
cuando el silencio cae
como una noche sin estrellas
y nadie comprende el motivo
para tanta ausencia.
Qué gelidez
cuando tu palabra,
parca siempre, siempre triste,
se disipa
como humo
yéndose
adonde no hay retorno.
Y yo, que al igual que tú, posiblemente no exista,
vago entre lo equívoco,
convenciéndome de que lo único importante es que
el sol brillará con fuerza
mañana
en este reino triste.

domingo, noviembre 08, 2015

Isak Dinesen

Libros

Los libros, como las personas, una vez vividos, vuelven a dormir a la estantería, a ese limbo propio del mundo literario, en donde deambulan perpetuas criaturas abandonadas, en un girar sin fin, durante años. Los de una blandura insoportable, o los incomprendidos; esos locos solitarios, difíciles, intratables, desabridos que pueden volver a tener una oportunidad si algo dejaron resonar dentro, una incógnita, una pregunta. Muerden. Están vivos y te carcomen. Te quitan el sueño y te golpean, una y otra vez, contra un muro. Los hay que pellizcan el estómago. Ahí, en el esófago en concreto. Lo estrangulan. ¿O es en el pulmón donde arañan y te impiden respirar y te desbocan el corazón? Esos que, antes de salir de casa, te llaman con sus cantos mágicos y te atraen hasta hacerte dudar, como un pasmarote, frente a ellos. Y tu mano va, indecisa, hacia ninguna balda en concreto, y toca un lomo, casi lo acaricia, y toca otro, rápidamente, para pasar al siguiente que, quizás, es el que llama. Y la mano lo coge, porque tú, aquí, no tienes voluntad ninguna. Es la mano y el libro y el estómago o el pulmón, tal vez el corazón el que elige. Pues así cada día

jueves, noviembre 05, 2015

Estancia

Temo la ambigüedad de la palabra estancia porque me devuelve la imagen de un cuarto de pueblo durante la anteguerra. Esos lugares desangelados con, quizás, una imagen de la virgen llorosa y sufriente o un crucifijo escueto donde, presumiblemente, se tomaban, digamos gachas o migas, alrededor de una mesa camilla en el más absoluto silencio, donde respetar al padre significa hermetismo o, por qué no, donde, al anochecer, se tomaba declaración a algún hombre libre que habla más de la cuenta.

Para nada me sugeriría la composición poética de heptasílabos y endecasílabos sino la soledad. En absoluto el ballet compuesto en 1941 por el compositor argentino Alberto Ginastera, sino el estatismo. Tampoco al pensador Heidegger, tal vez, ostracismo.

En cualquier caso, no hablo de ningún sentido similar a aquellos expuestos. Hablo de círculo. En una geometría figurada, la estancia nos envuelve con seda. No digo rica seda. Digo frágil hebra tejida de araña a punto de resquebrajarse siempre. Estancia que, en el sentido onírico que le atribuyo, me sobrecoge porque no guarece. Más bien oprime. Por qué no decir entonces miedo en lugar de estancia. Si acaso, temor. Elijamos pues, no estancias, sino cuartos luminosos con ventanas al mundo.

martes, noviembre 03, 2015


soñar es vivir
clarividencia
un roto absoluto, sentada
desea el viento que le olvide,
lo dice mientras sopla
y vuela mi falda,
me revuelve el cabello
me dice, olvídate de mí, atravesando mis oídos
agitando con violencia la seda
no me quedaré jamás
partiéndome en dos
el seso
lo dice como loco vendaval
sin pararse quieto
o azotando con suaves caricias de estío
márchate
lo repite
porque es viento
y, como viento, no sabe tratar
si no es echándome
mi viento

jueves, octubre 29, 2015

La posteridad de la pajarita de papel

Por casualidades de la vida, he rescatado de mi biblioteca El cementerio marino, de Paul Valery, un hermoso poema de uniforme estructura y exigente rima, -por otra parte, extraordinariamente comentado por el profesor Cohen y traducido por Jorge Guillén-, sin percatarme de que, entre las páginas del libro, viajaba una pajarita de papel. Yo, antes, hacía esas pequeñas aves de papel y, por lo que observo, debía guardarlas entre los libros, además de plumas, pétalos, recibos, tickets de compra, post-its emborronados,… en fin, ya saben. Ahí estaba, a la ciega espera de mi llegada. Ha caído al suelo ante la estupefacta mirada de los viajeros del tren de cercanías. Alguien dice, se le ha caído esto. Esto. Una bellísima pajarita de papel que aguardaba, pacientemente, el milagro de un vuelo imaginario. Con rubor la recojo, la devuelvo a sus páginas y me quedo meditabunda.  ¿Qué tipo de sentimiento habrá suscitado ese hecho  tan poético para mí?, ¿compasión por su lamentable encierro?, ¿indiferencia por su condición de papel?, ¿júbilo al pensar que aún existen esos elementos que, encierran, a su vez, momentos vitales, en el interior de los libros? Se impone la posteridad de la pajarita de papel.

martes, octubre 27, 2015

yo misma soy el precipicio por el que me despeño



no sé bien quién soy. ¿debo saberlo? lo cierto es que, a estas alturas, no sé mucho de mí misma. ¿qué sé? sólo que no puedo respirar, aunque, a priori, se trata de una tarea sencilla. uno inspira y espira regularmente y, si eso sucede, puede concluirse que se está vivo. yo inspiro y espiro. ergo estoy viva. es decir, que esa imposibilidad de respiración es simplemente dificultad. mi aire entra y sale pero, duele. en algún lugar dentro de mí, duele. y mi dolor se traslada hacia otros lugares como un caracol doliendo dondequiera. te duelo. me duelo hasta el desmayo ¿qué hacer aparte de hablar conmigo misma? escribirme lenta y largamente. no decir. como lo expresaría Duras, borrar huellas –aullar sin ruido-. apartarme de un soplido. leer. estoy demasiado pendiente de ser yo misma. también del hecho de escribir, de la poesía que cercena. desaparecer de algún modo. algo así como una muerte. no hay palabras sino un abismo. yo misma soy el precipicio por el que me despeño.

miércoles, octubre 21, 2015

Poemas desde la muerte

No supe de la tierra
hasta el momento en el que me hicieron
toser
-tosa, tosa de nuevo, una vez más-
para comprobar si de mi vientre manaba sangre.

Olvidé comerme la placenta
aún caliente
e ignoro el día de mi próxima muerte.

Llevo flores, amapolas,
bocas, tripas.

Me preparo.
Cepillo mi pelo cien veces.
Subyuga mi más sórdido camisón
al sueño más cálido.
Vomito una recóndita purga negra.
Estoy lista.

domingo, agosto 30, 2015

Concurso. Gana una de mis acuarelas

¡Por fin ha llegado el día!  Os contaré cómo conseguir GRATIS esta acuarela. Y después podrás lucirla en tu salón,  habitación o despacho ¡qué sé yo!

Primero tendrás que compartir este estado en mi perfil de Facebook.

Después,  tendrás que pasarte por la página de fans (adjunto enlace) y allí, comentar. El comentario será un pequeño texto, de no más de catorce palabras que VOSOTROS MISMOS VOTARÉIS.

https://m.facebook.com/profile.php?id=106055996093342

El texto que MÁS ME GUSTA RECIBA será el GANADOR de la acuarela.

Así de fácil.

Suerte para todos.

El plazo finalizará el próximo viernes a las 00:00 horas.

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...