domingo, octubre 29, 2017

Yo aquí.

Yo aquí. Cuánto de mí hay en este mundo, en esta casa, en este cuarto, pregunto. Yo leyendo, yo escribiendo, yo dibujando, riendo con mi hija, charlando con mi hijo, pensando, esperando a mi marido, pensando, pensando. Yo, yo, yo. Me canso. Me harto de mí. Busco refugio en los libros. La lectura es mi hogar. Es un lugar agradable donde siempre puedo volver. Pero escribir ¿qué es escribir? Escribir es exigirme palabras. Palabras justas y necesarias. Escribir es abrir una senda. Internarse en un bosque. Encontrarse entre espantos. Es morirse desangrado. Renacer. Y volver a la senda. Internarse en un bosque. Encontrarse entre espantos.

lunes, octubre 23, 2017

Carne cruda

Y aún despierto
con la lengua pegada
al último sueño a la fiebre a la mancha
de sangre al lápiz que desdibuja
tu imagen al miedo tan miedo
al terror de ver cómo no estás
aún estando a mí
sobre todo a mí a mis pesadillas
a Satie al sonido de las estrellas cayendo
a la noche tan lejana
a mis ojos de carne cruda
a que el día siga sucediendo a la noche
como si nada
a irme de mí como si nada
de ti como si nada
de todo como si nada.

jueves, octubre 19, 2017

Islandia

Dices ser
como aquella isla remota
a la que se desea ir.
Te pones retórico
y a mí me da
por  fijar la vista en una baldosa
y pensar
que aquella isla no existe
que se trata tan solo
de mis brazos
tocando
la membrana que envuelve mi cuerpo.
Ya sé.
Ya sé lo que quieren.
Mis brazos quieren rasgarla
que el aire entre
que se llene mi boca
mi tráquea mis pulmones
de anhelo.
Le doy un bocadito
al bizcocho artesano que compré en el súper
y acaricio un libro de Novalis
que sugiere
algo como que aquella isla
no somos nosotros
si acaso otro mundo
en la cabeza del mundo
como una isla solitaria
rebotando en los límites
de una videoconsola.
Sigo arañando la membrana
que cede y se estira
sin llegar a romperse.
Se deforma.
De repente
un líquido pastoso de palabras
cae sobre mi pecho
como fango de isla de mundo de noche.
Y no soporto
que te pongas retórico
escúchame bien
a estas horas
no lo soporto.

martes, octubre 10, 2017

Poetas

He leído
en un recorte de prensa
una oferta
de ama de cría
para amamantar
a los lactantes impedidos
por sus madres y sus corsés;
las nodrizas
les ofrecen su pecho
rebosante y tierno,
como una fruta tropical
recién caída del árbol.
Es martes,
es 1880
y tal vez,
casi dos siglos de distancia
no sean tan distintos a hoy;
ellas ofrecían su leche,
templada y dulce,
nosotros, ¡oh, nosotros!,
nuestro más hondo y profundo
estupor.

domingo, octubre 01, 2017

Me rompo.

Ignoro el papel que hago.
Sólo sé que es mío,  no intercambiable. 
De qué va la obra,
debo adivinarlo sobre el escenario. 

Wislawa Szymborska



HOY nos rompemos. Me rompo. Te rompes. Y continuamos rotos. Mutilados continuamos. Vemos la televisión. Leemos el periódico. Apuntamos en una libreta. Dibujamos. Escribimos creyendo que así desaparecerá el mundo. O que el mundo será otro. Un mundo dentro de otro mundo. Una cabeza dentro de otra cabeza. Un corazón en la cabeza del mundo. Escuchamos Orphée. Do you love this man? Yes. Nos golpeamos. Unos cuerpos golpean a otros cuerpos. No existe una pérfida voluntad. Sólo supervivencia. Ciegos avanzamos. Brazos, piernas. Duele. Dolemos. Dolor. Hay una música. Hay una luz. Qué o quién alumbra este camino. Romper la piedra para dotarla de forma. Destruir para crear. Terrorífica premisa. Rompo. Cómo romper. Ahora un violín. Un piano. Duele. Duele tanto lo que es hermoso. Duele tanto que lloro. Llorar. Llorar tanto que duele. Abrazo. Extiendo los brazos. Voy sin camisa y extiendo los brazos. Espero. Espanto. Ahora un piano. Me rompo. Te rompes. Me rompo. Caigo al suelo. Silencio.



Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...