Me quedo
en esta intemperie que me abraza
con su cálida e inconmensurable
soledad.
Esther Cabrales (Madrid, 1973). Poeta. Ha cursado estudios de Derecho y de Filología Hispánica que jamás concluyó, porque siempre estuvo profundamente dedicada al sector financiero. Ha publicado Erosión (Renacimiento, 2017), Cuerpos (Renacimiento, 2019), Animal (Torremozas, 2021), Lengua muerta (Páramo, 2021), Mondo (Bajamar, 2024). Poemas suyos han sido incluidos en antologías nacionales, como son Rojo Dolor (Renacimiento, 2021), Distopía en femenino (Elenvés, 2023).
domingo, noviembre 29, 2015
viernes, noviembre 27, 2015
porque yo también quiero
Quiero que dejes de ser viento perseguido.
Mi viento.
Que tus silencios se extingan
desde este preciso instante.
Que deje de sonar esta lacónica banda sonora.
Quiero que me leas y que entiendas
lo incomprensible, porque eso es sólo para ti.
También quiero que vengas pronto.
Y sí, quiero que me tortures, pero amor, hazlo dulcemente, como si trataras con lo más indefenso.
Quiero que estalle una guerra
para que me abraces y me pongas a salvo mientras caen las bombas a nuestro lado.
Quiero que me preguntes, que me hables, que me quieras, es mucho querer.
Quiero un gran deshielo que parta la tierra y nos junte a ambos.
Puede que muramos. Quiero
que tus palabras sean sólo mías.
Quiero que pronuncies mi nombre y te estremezca.
Ya sabes, esta clase de estupideces quiero.
Esas que, al final, harán de mí una caricatura.
Lo que quiero es que ese poema sea verdad.
jueves, noviembre 26, 2015
Diría la verdad
miércoles, noviembre 25, 2015
Sentirse poeta por dentro y por fuera
Sentirse poeta por dentro y por fuera.
Un ser.
Nada fácil.
Incómodo.
Es un no encajar en el puzzle.
Sentirse pequeño.
Ajeno a todo y, paradójicamente, implicado en todo.
Una maldición que te absorbe y te engrandece y te hunde.
Es un problema.
Un mirar raro.
Un enfermar de palabras signos significados.
Una indagación no resuelta.
Un honrar al padre a ti mismo.
Es dignificarse.
Responder con versos en francés.
Una hermosa obsesión.
Una condena que te escupe fuera del entorno.
Sentir pequeñas las palabras.
Sufrir.
martes, noviembre 24, 2015
Silencio
silencio.
(Del lat. silentĭum).
1. m. Abstención de hablar.
2. m. Falta de ruido. El silencio de los bosques, del claustro, de la noche.
3. m. Falta u omisión de algo por escrito. El silencio de los historiadores contemporáneos. El silencio de la ley. Escríbeme cuanto antes, porque tan largo silencio me tiene con cuidado.
4. m. Der. Pasividad de la Administración ante una petición o recurso a la que la ley da un significado estimatorio o desestimatorio.
5. m. Mil. Toque militar que ordena el silencio a la tropa al final de la jornada.
6. m. Mús. Pausa musical.
"¡Silencio! ¡A callar he dicho! Las lágrimas cuando estés sola. ” (La casa de Bernarda Alba. Federico García Lorca).
" Silencio es todo lo que tememos.” (Emily Dickinson)
"el silencio es luz
el canto sabio de la desdicha” (Alejandra Pizarnik)
"Es tan vasto el silencio de la noche en la montaña. Y tan despoblado. En vano uno intenta trabajar para no oírlo, pensar rápidamente para disimularlo.”
(El silencio. Clarice Lispector)
"A veces estoy vacía durante mucho tiempo.
Existo sin identidad.
Primero da miedo. Y después experimenta un movimiento de
alegría. Y después se para.
La felicidad es lo mismo que decir un poco muerta.”
(Eso es todo. Marguerite Duras)
" Escribo, sin querer, lo que el silencio comunicara. ”
(Ángel García López)
El monstruo acecha.
Merma la distancia.
Hace frío aquí.
Ojalá pudieras salvarme.
Sólo tu voz me salvaría.
Siento bocados cuando te pienso.
Quedó el corazón magullado.
Si me lo arrancaras para cuidarlo
con caricias palabras tus ojos
tan débil se siente.
Quisiera gritar. Partirme en dos.
Reabsorberme. Quedar en nada.
Yo sólo deseaba ser tuya
como en una novela rosa.
Pero ¿no tienes frío?
Ya viene.
domingo, noviembre 22, 2015
viernes, noviembre 20, 2015
Suplico
Suplico --y remarco el presente del indicativo como si no hubiera más tiempos ni más modos ni más acciones que ésta--
una gentil ceremonia
que de mí para siempre te arranque
expulsando esta maldita latencia de mar sostenido
que no cesa en días en noches en versos,
un exorcismo
que con salmos, rezos, penitencias, sacrificios sea capaz de librarme del castigo de este imperturbable zumbido de abejas
anidado bien hondo tu nombre,
un maléfico rito
que profane y ahuyente la calma que te asiste
mientras en mí percute el dolor
hasta el bruto enloquecimiento.
Un algo --reitero--
que de mí,
para siempre,
te arranque.
lunes, noviembre 16, 2015
jueves, noviembre 12, 2015
regreso, esta vez para quedarme
Regreso,
esta vez para quedarme
en este cielo limpio
de manos abiertas,
sonrisas y besos,
de asedios que hieren dulcemente
y recibo el consuelo de los adioses
jamás articulados;
los guardo en un estuche al que prenderé fuego durante el ocaso,
y arderán las voces
--¿he dicho voces cuando quise decir silencios?--
los ojos aniquilados,
nuestros corazones prenderán
como el vasto papel escrito y olvidado en un sótano,
en la soledad de la bandeja de entrada, tal vez
amontonado en la papelera, junto a las facturas de luz de agua de ofertas de adsl;
el humo, cuerpo sin cuerpo,
que envuelve y ahoga,
irrespirable
calará mis sueños,
pues eso es morir y, sin embargo, continuar soñando.
martes, noviembre 10, 2015
este frío
Este frío
cuando no hablas,
cuando el silencio cae
como una noche sin estrellas
y nadie comprende el motivo
para tanta ausencia.
Qué gelidez
cuando tu palabra,
parca siempre, siempre triste,
se disipa
como humo
yéndose
adonde no hay retorno.
Y yo, que al igual que tú, posiblemente no exista,
vago entre lo equívoco,
convenciéndome de que lo único importante es que
el sol brillará con fuerza
mañana
en este reino triste.
domingo, noviembre 08, 2015
Libros
Los libros, como las personas, una vez vividos, vuelven a dormir a la estantería, a ese limbo propio del mundo literario, en donde deambulan perpetuas criaturas abandonadas, en un girar sin fin, durante años. Los de una blandura insoportable, o los incomprendidos; esos locos solitarios, difíciles, intratables, desabridos que pueden volver a tener una oportunidad si algo dejaron resonar dentro, una incógnita, una pregunta. Muerden. Están vivos y te carcomen. Te quitan el sueño y te golpean, una y otra vez, contra un muro. Los hay que pellizcan el estómago. Ahí, en el esófago en concreto. Lo estrangulan. ¿O es en el pulmón donde arañan y te impiden respirar y te desbocan el corazón? Esos que, antes de salir de casa, te llaman con sus cantos mágicos y te atraen hasta hacerte dudar, como un pasmarote, frente a ellos. Y tu mano va, indecisa, hacia ninguna balda en concreto, y toca un lomo, casi lo acaricia, y toca otro, rápidamente, para pasar al siguiente que, quizás, es el que llama. Y la mano lo coge, porque tú, aquí, no tienes voluntad ninguna. Es la mano y el libro y el estómago o el pulmón, tal vez el corazón el que elige. Pues así cada día
sábado, noviembre 07, 2015
jueves, noviembre 05, 2015
Estancia
En cualquier caso, no hablo de ningún sentido similar a aquellos expuestos. Hablo de círculo. En una geometría figurada, la estancia nos envuelve con seda. No digo rica seda. Digo frágil hebra tejida de araña a punto de resquebrajarse siempre. Estancia que, en el sentido onírico que le atribuyo, me sobrecoge porque no guarece. Más bien oprime. Por qué no decir entonces miedo en lugar de estancia. Si acaso, temor. Elijamos pues, no estancias, sino cuartos luminosos con ventanas al mundo.
martes, noviembre 03, 2015
soñar es vivir
clarividencia
un roto absoluto, sentada
desea el viento que le olvide,
lo dice mientras sopla
y vuela mi falda,
me revuelve el cabello
me dice, olvídate de mí, atravesando mis oídos
agitando con violencia la seda
no me quedaré jamás
partiéndome en dos
el seso
lo dice como loco vendaval
sin pararse quieto
o azotando con suaves caricias de estío
márchate
lo repite
porque es viento
y, como viento, no sabe tratar
si no es echándome
mi viento
Adonde te lleve el cabo de un hilo.
U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...

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El hombre aproximativo , de Tristán Tzara . ... un tronco de árbol puesto sobre el borde fuma todavía espesas nubes y un bosque querría pega...
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T odo empezó mañana , cuando la niña rica se pregunta, mientras contempla sus dedos de porcelana qué hubiera sido de ella de haber nacido al...