Niña entronada
sin mácula
-epicúrea antropomorfa-
con su halo de pureza,
mente-crisalida
metamorfosis soñada.
Seducción contenida
y unos dedos palpando
los pechos en flor.
Indómita belleza que empuja
al abandono del reino infantil,
del simbolismo del cuento contenido.
Atrás quedarán los sombrereros locos,
las golondrinas mensajeras,
los príncipes convertidos en bestia.
Muy atrás.
Cuaderno de apuntes de ESTHER CABRALES
Las ilustraciones que aparecen en este blog son fruto de la autora.
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1 comentario:
el dibujo es estupendo incluso
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