Palabras para escribir el mondo. [Rocío Rojas-Marcos]

 Palabras para escribir el mondo.


Mondo titula este poemario Esther Cabrales, mondo, como mundo en italiano, o mondo como algo despojado de pelo o dinero especifica el diccionario. Y así, entre esas dos posibilidades se abren camino los versos de estos poemas. Entre el mundo completo al que la autora quiere dejarnos entrar, un mundo despojado de florituras, sin alardes, sin excesos, pero cerrado como en un círculo perfecto sobre sí mismo, “A cal y canto” como titula uno de los poemas, así queda cerrado el mundo incluido en estas páginas cuando escribe “Da miedo/vivir da miedo”, para llevarnos hasta el borde del abismo desde el que intentar no caer, pero sí sentir ese miedo real al que nos enfrenta. Miedo no a los incendios, ni a las guerras. Miedo no a los abusos, ni a las muertes. Miedo a las palabras vacías, y es que qué da más miedo que eso. Pues si un incendio arrasa y la muerte inesperada nos destroza, las palabras vaciadas de significado, utilizadas para manipularnos y manipular lo que nos rodea, se convierten en el arma más peligrosa que podamos imaginar. Eso sí da pánico.

Conforme avanzamos por los versos de estos poemas vamos encontrando esas ideas fuerza que los tensionan. Esos hilos invisibles que establecen vínculos entre palabras como soledad, cuerpos, ausencia, regreso o vacío. Palabras que aquí no son de las que dan miedo, no son de las vaciadas, sino todo lo contrario. Palabras que se cargan con toda su capacidad, todas sus acepciones, incluso que se contagian unas de otras para enriquecer cada uno de sus campos semánticos. Entonces discurrimos de continuo por estos versos, se establece entre ellos un ritmo sinuoso que nos hace desplazarnos de un modo continuado, que nos impide dejar la lectura para después. En este avance sin pausa Esther Cabrales nos lleva de la mano por unos poemas en los que la primera persona se ha apoderado de la voz dominante y nos traslada hacia el futuro que se plantea a lo largo de la obra creada. Entonces al leer y a deshora se llega/ a nuestro futuro/ que, también te digo, nunca cuadra/y la noche se nos echa encima, parece que nos adentramos en ese mundo cernudiano de desequilibrio entre la realidad que vivimos y el deseo que proyectamos. También encontramos ecos de esa desazón antigua, ecos de amores fracasados y otros ritualizados, mientras el padre amado se aparece y se asoma desde su “Mondo” para terminar siendo el mayor de los maestros poetas de Cabrales. 

Cierra el libro una Declaración de intenciones. Si antes decía que a lo largo del libro la autora desea llevarnos de la mano hacia ese futuro que parece situarse en el desajuste, al llegar al final la obra se ilumina gracias a la luz que entra por las rendijas de una persiana. Así tú con mi vida dice el verso que cierra el poemario, afirma la declaración que Esther Cabrales lanza al futuro, lanza al mundo, o al mondo, o al aire mondo de asperezas, límpido y luminoso. Entonces aparece el punto final y todo lo creado para nosotros a partir de esas palabras cargadas de fuerza cobra sentido mientras se cierra, como decía, a cal y canto para dejarnos permanecer dentro.

ROCÍO ROJAS-MARCOS 


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