lunes, junio 24, 2019

Instrucciones para un sepelio.


El día que muera
no quiero llantos.
Quiero que se usen
las palabras más hermosas
abriendo bien la boca,
que suenen y resuenen en el tiempo
como un diapasón.
Quiero que la gente diga
ataraxia
crisantemo
sempiterno, petricor,
que el eco llene la sala de rumores,
que las conversaciones recuerden
a las obras de Queneau,
que se vistan los amigos de sedas y organzas
y lleven sombreros de ala muy ancha,
que la familia ofrezca
en cucharilla de plata caviar iraní,
Moët & Chandon,
chocolate con avellanas,
plátanos y pan,
que al fondo de aquel lugar
alguien disponga sobre la mesa
unos cuantos libros,
por si les apeteciera leer
unos versos de Szymborska,
unos pasajes de Rayuela,
y los niños,
los niños que lean cómics de Hergé,
de Milo Manara, por qué no,
que hojeen sin leer,
que corran de un lado a otro
que salten que griten
que molesten que rían que, en fin,
sea todo agradable
como una tarde de cine
de lluvia mansa,
de gallinita ciega,
que no me echen de menos,
y con eso me basta.

martes, junio 18, 2019

Walt Whitman


¿Que yo me contradigo? Pues sí, me contradigo. 
Y, ¿qué? Yo soy inmenso, 
contengo multitudes.

jueves, junio 13, 2019

Breve cuestionario luminoso a Miguel Ángel Herranz

Miguel A. Herranz nació en 1978 en la ciudad de Madrid. Con anterioridad ha publicado Palabras de perdiz. Lírica de lo cotidiano es su segundo libro de poemas.


1. ¿Qué libro lees ahora? 
Libros, nunca leo uno solo: Kramp (María J. Ferrada), Abierto (J. Marqués) y leo con mis hijos El Pampinoplas.

2. ¿Blanco o negro?
Gris, por poner una nota de color. 

3. ¿Recuerdas qué soñaste anoche?
Nunca recuerdo lo que sueño, de hecho, no podría asegurar que sueño. 

4. Un deseo inconmensurable
Si es inconmensurable no es deseo, suelo ser pragmático. 

5. Qué significa literatura.
Una necesidad biológica: sin la despersonalización y el amparo de lo literario no podría (literalmente) vivir. 
Y como concepto, seguro que hay mejores definiciones que la que pueda aportar yo, pero diría que es al ser humano lo que la fotosíntesis al ser vegetal, aunque estaría exagerando. 

6. ¿Día o noche?
Día 

7. A qué autores invitarías a una danza macabra. 
A Sharon Olds, Wislawa Szymborska y a Joseph Ratzinger. 

8. ¿Es posible una ficción pura?
Sí lo es, aunque yo nunca la he logrado. 

9. De ser un poema ¿cuál serías?
Palabras para Julia, Goytisolo.

10. ¿Cuánto de importante es el título? 
Primordial. 
Sin título no hay obra al igual que sin nombre no hay objeto. El arte y el conocimiento no es más que un refinamiento del oficio de la denominación. No me ciño a un sentido onomástico y me vale una nomenclatura iconográfica, simbólica o incluso ostensiva. Dentro o fuera de lo creado, pero la "criatura", por fuerza, debe tener su propio nombre. 

martes, junio 04, 2019

Afuera


Tuve que tomar distancia con el mundo, porque así lo pedía la vida, para sobrevivir, aunque pueda parecer exagerado, - me refiero a un vivir tranquila, en paz-. Me retiré a escribir mi primer libro, Erosión. Ah, sí, claro, me retiré a mi habitación, como defendería Woolf. Un ejercicio que me proporcionó cierto sosiego y me permitió, ahora lo sé, apartarme del mundo durante meses, acercarme más a mí misma, a mi esencia. Yo no sabía que estaba escribiendo ese libro. Aún no era consciente, simplemente lo hacía. Y el final de aquel libro, llegó más pronto de lo que hubiera deseado. Tan breve era. No tuve más remedio que continuar escribiendo, si es que quería seguir mi camino hacia el sosiego, con el comienzo de otro libro: Cuerpos.


Este libro me llenó de una fuerza inusitada, de cierta extraña alegría. Hoy me siento, de algún modo, tranquila, cuando pienso en él. Si reparó o no, algo, en mi existencia, lo ignoro. Quiero creer que sí. Aunque fue una experiencia difícil, hoy es una realidad. Es una realidad, digo, que esos libros sean la materialización de mi estar afuera pero dentro.


Y mi pretensión de estar fuera del mundo, aún no acaba, pues necesito estar más afuera si cabe, más lejos; sólo así puedo ser yo. De modo que volveré a escribir con el mismo ímpetu, con la misma convicción que tuve en aquel momento. Y espero, sólo espero, no defraudarme.

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...