domingo, septiembre 24, 2017

"La muerte era tierra incógnita. No había mapas para adentrarse en ella. Comprendí que mi obligación era romper el sortilegio y entrar, aunque fuera a ciegas."


Joan Didion




DICEN que nos cuesta hablar de la muerte. En realidad, lo que he leído es que es a los americanos a los que les cuesta hablar de la muerte. Menos mal, yo no lo soy. Pero pregunto, ¿hablar de la muerte o hablar de los muertos? Porque hablar de la muerte es como hablar de los extraterrestres. Hablar de lo que no se conoce. De lo que no se ha vivido. De lo que no se ha experimentado mas que como simple espectador. Sin embargo, sí podemos hablar de los muertos. ¿Quién no tiene un muerto? ¿Es de los muertos de lo que nos cuesta hablar? A mí me cuesta hablar de ellos. Me cuesta porque me duele. No hablo de los muertos pero siempre están presentes en mi poesía. Mi padre siempre está presente en lo que escribo. Esa herida que no se termina de cerrar aparece una y otra vez en todo lo que hago. Y leemos a decenas de autores que hablan de los muertos. Escriben sobre ellos. Sobre sus vidas, sobre sus muertes. Escribir es ponerse una venda, una loción sanadora, es el último punto de sutura. Escribir sobre los muertos es el único modo que tenemos de decirles que los queremos. De mantenerlos vivos en nuestra memoria. De pedirles perdón. De acompañarles. De acompañarnos. De alargar todo lo posible la despedida para que nunca se terminen de marchar. 

Cuesta hablar de la muerte porque no sabemos nada de ella, salvo el dolor de haber vivido la pérdida. Cuesta hablar de lo que sentimos cuando no sentimos nada más que dolor. Cuesta hablar cuando la palabra es un grito. Un alarido. 

viernes, septiembre 22, 2017

Qué

¿Y qué
si todo esto nos aniquila?
¿y qué
si se suicidan nuestras bocas?
¿qué cosa tan tremendamente abominable
qué mal
podría hacernos
un triste e imbécil beso?

domingo, septiembre 17, 2017

John Ashbery




Hace un día tan bonito que tenía que escribirte una carta
desde la torre, y para decirte que no estoy enfadada:
lo que pasa es que resbalé en la pastilla de jabón del aire
y me ahogué en la bañera del mundo.
(...)

viernes, septiembre 15, 2017

Western

Ese instante
en el que crees
que en aquel lugar
no se te ha perdido nada
y entonces regresas a casa
con un sentimiento entre desdén y alegría,
enciendes el televisor
y te enganchas a un western
en tono crepuscular
donde un moribundo
con un hilo de sangre
cayendo de su boca
apenas balbucea ya su muerte
mientras olvidas
contemplando esa agonía
que ocupa toda la pantalla
de cincuenta y cinco pulgadas
lo insignificante
de lo acontecido hoy,
lo que te ha decepcionado
en definitiva
la vida.

(...)

Todas estas muertes,
estos otoños
cubriendo mi cama.
Esta tristeza
que como una sombra
indecible
se aproxima sigilosa.
Que se tumba a mi lado,
que quiere quedarse,
que se queda.

domingo, septiembre 10, 2017

Poema soñado

Escucho mi nombre,
no de su voz
sino de su letra
y yo la escucho
leyéndola
con ese rumor que me habita
en lo más hondo,
pronunciando cada sílaba
escucho mi nombre
de su letra escrita con su viva voz,
ésa que ya casi no recuerdo,
cualquiera creería está muerta,
me trasmuto en su persona
adopto sus gestos vocales
y leo lo que está escrito
que es mi nombre con su voz,
o lo que recuerdo que debe ser su voz,
lo leo una y otra vez,
lo leo
y mis músculos tiemblan por dentro
como si una nueva vida
despertara
y no despierta, sino que se despatarra
la melancolía por qué
no estás sólo mi nombre está
que leo,
lo leo una y otra vez
y escucho mi nombre
no de su voz,
sino de su letra
que escribió con su voz,
y la melancolía,
otra vez la melancolía.

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...