Mujeres

Así sus ojos como dormidos, los sueño entre bruma. Y sueño sus labios que comprimen palabras. Ese lenguaje, a la vez delicado y feroz. Exquisito, atroz. Ese que no emerge porque no existe. No ha sido dicho por dentro. Aún no ha estallado como lo haría una flor en cualquier documental del mediodía de nubes raudas y despertares violetas azules rosas quizás delfines. Las mujeres que leo –mis mujeres-. Son sus ojos –como dormidos-. Las sueño entre bruma. Herta, furiosa. Alejandra, arcana. Marguerite, delicada. Hablo sin saber. Ignorando. Hablo y sueño.

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