renacer de rostros
emprende la mañana
como gesto de lluvia y nubes
en el destierro del dormitorio
herido de estrellas
que tú y yo cortamos
como flores los hilos
conmueve
la luna –Inge- clara
hasta originar un lenguaje
                             –oscuro, Inge-
sólo para nosotras.

Descansa el unicornio,
descansa, sobre tu
soñada presencia.

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