martes, julio 03, 2012

renacer de rostros
emprende la mañana
como gesto de lluvia y nubes
en el destierro del dormitorio
herido de estrellas
que tú y yo cortamos
como flores los hilos
conmueve
la luna –Inge- clara
hasta originar un lenguaje
                             –oscuro, Inge-
sólo para nosotras.

Descansa el unicornio,
descansa, sobre tu
soñada presencia.

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...