lunes, septiembre 12, 2011

voces acuáticas, que dulces,
matemáticamente llegan.
ojos rendidos.
acarician mi pecho
días de oro y plata
el murmullo de tu voz
arrullo fantasmal
recordar el alma de los ratones
conocer su idioma
acceder al jardín
de los hermosamente vencidos.

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Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...