viernes, agosto 27, 2010

El hombre fragmentado

estudiando he comprendido
la biografía del hombre fragmentado

busco su rostro en el océano
de imágenes perdidas

recupero el drama

mujeres pájaro lloran

alguna es ciega
memorizo rehechuras del rotamente cautivado
para un examen de poética

el telón cae
una y otra vez

mujeres pájaro rezan amapolas
al viento
el personaje tipo aclara –mirando al público-
alguna llora y es ciega
pero eso ya
no duele
el libro se ha cuajado de violentas amapolas

domingo, agosto 22, 2010

Dibujo sobre un poema de Marisa Peña

El poema:

Escribiré mi nombre muchas veces…
Tantas como haga falta
para saber que existo,
que no soy invisible,
que no desaparezco
ante la indiferencia
de los que me abandonan.
Escribiré mi nombre
con lo que tenga a mano:
con barro, con ceniza,
con sudor o con sangre…
Si fuera necesario,
lo escribiré con faltas de ortografía,
lo escribiré en los muros,en las rocas,
lo escribiré en las tapias,
en los portales viejos,
en todas las aceras que me encuentre a mi paso.
Y después dejaré que lo borre la lluvia,
que se lo lleve el viento, que lo sepulte el barro,
y que lo olvide el tiempo…

viernes, agosto 13, 2010

Dibujo sobre un poema de Isabel García Mellado

la persona en la que resido se despereza
aclara la luz con el origen de sus manos
y clava el día en un poste enmohecido (casi verde)
ballenas inmensas color blanco surcan el cielo
este cuerpo brilla y nadie es capaz de verlo
el sonido del río se esconde detrás de las paredes,
todos los bosques del mundo susurran estos pasos
ahora, la mañana entra conmigo y se sienta a mi lado
insoportablemente hermosa, igual que la inocencia
la persona en la que resido
empieza a adquirir los miedos básicos:
muerte, amor, sombras, fuego
después de haber comido me convierte en gaviota
y cerramos el trato casi sin darnos cuenta
las olas que nos cambian a través de la vida
destierran las certezas y me acunan,
aquí cabe otro cuerpo,
una ciudad de estrellas,
la yerba hecha instrumento,
el horizonte
aquí parís descansa con todos sus colores,
londres enciende neones,
berlín sigue creciendo
la noche avanza deslizando sus ruidos
como una marea con sus peces
el brillo de este cuerpo se rebela y después hierve,
alguien
desde algún sito al final de una calle
se da cuenta y se vuelve
la persona en la que resido acurruca los nidos
en el refugio azul que contienen sus sueños,
apaga la luz con el origen de sus manos
y piensa en el sentido de lo inmenso:
plata, fogón, lluvia, sendero

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...