miércoles, marzo 31, 2010

Iconografía

En este sombrío pasillo
huele a flores recién cortadas,
como si un recóndito jardín se escondiera
bajo los cimientos de la habitación.
Mientras yo, de rodillas, reclamo a los dioses,
días heroicos, lunas de siete puntas, noches sin estrellas.
Ninguna concesión.
Salvo el fieltro rojo, nadie ocupa el retrato
que permanece vacío en la alcoba vacía
de esta casa vacía de nombres vacíos.
Y se lamentan los retratos ausentes de iconos.
Y se lamentan los dioses de su vida de plástico.
Y se lamentan las flores que agonizan
en algún lugar lejano,
no un jardín,
sino en el solo jarrón de un campo santo.

miércoles, marzo 24, 2010

Tu cara es noble, con unos ojos oscuros y brillantes.

Entonces cogí una pluma
y empecé a dibujar
-con tinta de noche sin estrellas-
tu rostro heroico
cuajado de penitencias,
con esa tendencia a sufrir,
acostando pensamientos
como majas desnudas.

Aunque tú me decías
que tu rostro era polimétrico y singular,
yo insistía en la línea dogmática e insensible.
El horizonte es todo sentimiento,
pero tú ya elogiabas las olas del mar,
el rizo de mi cabello,
el ronco tapiz del pubis.

Las hazañas del café hicieron el resto,
y aquel dibujo
apalabrado,
se perdió, cómo no
en la noche de los tiempos.

miércoles, marzo 10, 2010

Escena trágica o desnudez del suicidio.




Poema en un sólo acto

gesto
de ropa rendida
en un cuarto olvidado
como muerta
abandonada en algún rincón
de la realidad
¿? pendientes hundidos
en la desventura un libro
de poemas aún no escritos
los zapatos
permanecen anclados en la infancia
bajo la cama
siempre sueños
y un foco alumbrando

desnudez del cuerpo tendido
nadie habla
apenas
un gesto


martes, marzo 02, 2010

En esta isla.

En esta isla donde arribo con obstinación
en esta isla donde me busco
donde la presencia de las amapolas es inexistente
donde el lenguaje es capaz de permanecer oculto
donde el milagro no sucede
donde las canicas, los nenucos, los caballitos de madera...
donde todo es antiguo
en esta isla donde lloro y río y grito y enmudezco
en esta isla donde me busco
donde las no-palabras concurren
donde las presencias sigilan
donde las sombras buscan caracolas desiertas
donde los hijos, los padres, las madres...
donde todo es delirio
no pienso quedarme.

Adonde te lleve el cabo de un hilo.

U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...