
Esther Cabrales (Madrid, 1973). Poeta. Ha cursado estudios de Derecho y de Filología Hispánica que jamás concluyó, porque siempre estuvo profundamente dedicada al sector financiero. Ha publicado Erosión (Renacimiento, 2017), Cuerpos (Renacimiento, 2019), Animal (Torremozas, 2021), Lengua muerta (Páramo, 2021), Mondo (Bajamar, 2024). Poemas suyos han sido incluidos en antologías nacionales, como son Rojo Dolor (Renacimiento, 2021), Distopía en femenino (Elenvés, 2023).
jueves, octubre 30, 2008
martes, octubre 28, 2008
Distancias
Entre tu vida y la mía
existe un espacio de tiempo yermo,
que nos secciona
y nos prodiga
en una falsa cercanía
de fantasmas. Distancias.
Soy un cuerpo incorpóreo
de materia etérea.
Tócame. No me toques.
El camino es largo
para quien lleva en los ojos
una venda negra y certera.
Avanzo ciega por un camino baldío
esperando encontrar tu presencia,
y rozar las espinas de tu lengua con la mía.
Salvo distancias, turbada,
espinas, llagas,
y la lejanía no calma
este dolor de abandono
que se instala en mi cama.
Es la distancia la que me salva
de tamaña agonía.
lunes, octubre 20, 2008
Miedo
Todas las noches
un hombre extraño
en pijama y zapatillas
lee el periódico
sobre el sofá de mi salón.
jueves, octubre 16, 2008
Henry
¿Cómo es posible? ¿eh Henry? dime ¿cómo es posible? Será que en novela negra, Henry, abres un mundo que no abren otros. Ni Juan, ni Guillermo, ni siquiera Enrique. Un mundo de humo, y lluvia. Un mundo de cloaca y mujeres hermosas, rotas. Pero estamos aquí Henry. Y decir aquí es decir tierra de olivos. De Soberano. Esto no es Chicago Henry. ¿Y las conversaciones? Te comprendo, Henry. No es lo mismo ¿verdad, amigo? No es igual preguntar "ey Henry ¿viste cómo quedaron los Rangers? ¡qué partidazo! Somos americanos, ¿eh Henry? Los putos amos." No es lo mismo. No. No es igual pedir al barman un whisky doble sin hielo, y mirar de soslayo a ese tipo inhabitual en el Night Club. No. En novela negra no es lo mismo. No es igual Sabina que Waits. No. Te entiendo Henry. Entiendo que viéndote a ti, uno piense en gánsters, en ley seca, en sangre. "¿Ey Henry, irás el Día de Pascua a ver al Padre Benjamin?" Irás Henry. Y darás tu mano al Padre. Con la otra guardarás tu BlowBack. Y llegarás a casa. Tu mujer te estará esperando con un pastel de manzana recién horneado. Y le darás un beso. Un beso de amor verdadero. ¿Verdad Henry? Y los niños. ¿He dicho los niños? Porque tendrás hijos Henry. Los niños saltarán de alegría al verte. Se subirán sobre ti. ¡Papi! gritarán. Ellos no saben. Tranquilo Henry. Duerme. Yo también lo sé. Por eso, para mi, tu nombre sobra.
miércoles, octubre 15, 2008
Opciones que tienen que ver con esa raya llamada horizonte
Podría nadar y nadar. Nadar a contra corriente. Nadar hasta la extenuación. Dirigir la mirada hacia aquella línea llamada horizonte y no cejar en el empeño. Hasta conseguir alcanzarla. Tocarla.
Pero también podría dejar de mover los brazos y las piernas. Quedarme flotando como un pedazo de corcho, oscilando arriba y abajo, viendo cómo sube y baja aquella línea llamada horizonte, allí lejos. Siempre lejos. Y simplemente, observarla.
martes, octubre 14, 2008
El árbol de los deseos.

Son esas cosas que tiene el otoño.
Y entre mis brazos El árbol de los deseos.
Era Faulkner y no otro.
Pero no me llega.
"Si yo mandase en una guerra –dijo Éxodo-, me conseguiría un buen puñado de mujeres casadas, les vendaría los ojos, las pondría en una dirección y les diría: Sigan adelante tal como están ahora, y cuando tropiecen con alguien, será su marido. Así es como organizaría la guerra."
lunes, octubre 13, 2008
viernes, octubre 10, 2008
Negro, muy negro
Decir novela negra es como decir Raymond Chandler pues fue él quien acuñó el término en su libro El simple arte de matar.
Aunque sería Dashiell Hammett el verdadero fundador del género -eso he leído-.
Dashiell Hammett
Hay que ver qué individuos tan adecuados.
Me preguntaba, antes que nada, y ya que me tocará escribir sobre ello, qué elementos son los que deben definir a una novela negra, y me encuentro con palabras muy asiduas a los periódicos como miedo, violencia, injusticia, corrupción e inseguridad. Voilà! Chandler trabajaba de reportero en el London Daily Express y en el Bristol Western Gazette. Si a eso le sumamos su interés por la escritura, es comprensible que deba salir algo así como una novela negra. Inevitable. No basta entonces con que sólo aparezca un muerto, porque el muerto ya lo tengo. Por lo demás el texto narrativo debe contar con una atmósfera asfixiante y un lenguaje crudo, directo. En este tipo de relatos prevalece la sostenibilidad de la imagen decadente de la sociedad, y por ende, la falta de ética.
En algún sitio he leído también que la novela negra es una suma de género policiaco y violencia, y que existen tres tipos de novela negra dependiendo del punto de vista: la del detective, la del criminal o la de la víctima. Asi que, tengo el muerto y el punto de vista.
¿Es suficiente con esto para comenzar a escribir un relato de este género? Hombre, pues no, claro. Hay que sentir que se escribe para .Maten, maten ustedes pero con arte, como hacía Chandler, y después lo contamos.
miércoles, octubre 08, 2008
In principium error fuit
Me pregunto si yo también comencé con un mito, o como un mito, no sé qué es más exacto pensar. No me llamen vanidosa, no es esa mi intención. Ustedes también nacieron de un mito –eso creo, pregúntenles a sus padres si les esperaban sentados a la mesa del comedor al calor de un brasero-. ¿El mito de mi origen procede de un error demiúrgico? si es así, no dejo de ser tan tradicional y previsible como el resto. ¿Ven como no es para tanto? Por mucho que me empeñe, mi arranque en esta vida no es sino producto de un error de cálculo –entiéndanme, si la cuarta de cinco hermanos, no corresponde a un error de cálculo, a qué entonces-. No se esperó al novilunio. No. Ni se aguardó a la comunión de astros. No. Tan sólo fue una distracción. Un error del demiurgo aburrimiento. Eso me sitúa socialmente dentro de ese movimiento demográfico llamado baby boom de los años setenta que tan mal vendrá para las futuras pensiones. Y con esto reivindico mi posición dentro de la Generación Nocilla, que aunque literariamente y estilísticamente me toque de lejos –está bien, apenas si me roza- al menos me tocará alimenticiamente –extraña palabra-. Puedo demostrar que he ingerido decenas, qué digo decenas, centenas, ¡miles! de bocadillos de Nocilla de dos gustos, y aún lo hago. He bailado a Mecano y a Hombres G. Lloraba con Europe y me mesaba el cabello con Miguel Bosé. Y por si eso fuera poco me ha dado por escribir. Qué le vamos a hacer. Soy tan previsible y tradicional como todos los individuos del 73, y ando como pollo descabezado buscando mi discurso narrativo como todos los individuos del 73, sólo que yo lo hago a la deriva, sin participar en ningún discurso dominante, así me pasa, claro. Pero no se equivoquen, estoy contenta y orgullosa de ser, en definitiva, un error.
domingo, octubre 05, 2008
viernes, octubre 03, 2008
miércoles, octubre 01, 2008
Mejor no continuar leyendo, dice el economista somnoliento. Tiene el pelo aplastado. Sus pies son pequeños como los de un muñequito que corona una tarta de bodas. Una suerte de hombre menguante desenfundándose su traje de motorista bemewiano. Lees la primera página y se te quitan las ganas de seguir, continua diciendo. Así están las cosas. Los periódicos económicos dan miedo. Es un desastre. El libro que estoy leyendo parece acompañar el infortunio de estos días. Los personajes de Carver me angustian, y sólo hacen prolongar el desconsuelo que me dejó Fante. Así están las cosas. El buenos días se alarga por el pasillo. Ya es ayer. Un gran agujero negro habita en mi estómago. Me va consumiendo. Una jauría de perros lloran desconsolados en mi cabeza. Camino sobre mis pasos, bajo jirones de sol. El jardín me espera verdeado y silencioso. Allí se juntan las palabras en voz baja. Son verdades. Son besos de viento ¿Dónde queda el mañana? La nuit je mens riza el recuerdo remoto. Se agotan las esperanzas. Quizás mañana. Quizás. Mientras tanto viene el tiempo en el que se caen las hojas. Se arremolinarán entre mis pies, como mañana. ¿He dicho mañana? Puede que la luz aún persista. Que la casa se mantenga en pie. Aquella casa. Quizás mañana sea el principio.
Adonde te lleve el cabo de un hilo.
U no llega a Vladimir Maiakovski no por casualidad. No es fácil toparse con ese autor siguiendo la senda aterciopelada de la impasibilidad. ...

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El hombre aproximativo , de Tristán Tzara . ... un tronco de árbol puesto sobre el borde fuma todavía espesas nubes y un bosque querría pega...
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T odo empezó mañana , cuando la niña rica se pregunta, mientras contempla sus dedos de porcelana qué hubiera sido de ella de haber nacido al...