Colores y muñecas
Escribí hasta que no pude más.
Hasta comprender
la inutilidad de mi lenguaje.
Después dibujé.
Durante años colores y muñecas.
No salió de mí ni una sola palabra
que no tuviera que ver con el dolor.
No diré absolutamente nada de mi cuaderno.
Lo llevaba conmigo.
Siempre.
Ahí había algo parecido a la escritura.
Pero sólo hablaba de mí.
De la no-palabra,
de la ausencia.
Una suerte de urdimbre suave y fosca.
Comentarios
Un abrazo.
Gracias John.