lunes, enero 25, 2016

Colores y muñecas

Escribí hasta que no pude más.
Hasta comprender
la inutilidad de mi lenguaje.
Después dibujé.
Durante años colores y muñecas.
No salió de mí ni una sola palabra
que no tuviera que ver con el dolor.
No diré absolutamente nada de mi cuaderno.
Lo llevaba conmigo.
Siempre.
Ahí había algo parecido a la escritura.
Pero sólo hablaba de mí.
De la no-palabra,
de la ausencia.
Una suerte de urdimbre suave y fosca.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La palabra nos hace libres.

Un abrazo.

Esther Cabrales dijo...

También nos mantiene presas de nuestros recuerdos y fantasmas. Uno no sabe.
Gracias John.

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