Colores y muñecas

Escribí hasta que no pude más.
Hasta comprender
la inutilidad de mi lenguaje.
Después dibujé.
Durante años colores y muñecas.
No salió de mí ni una sola palabra
que no tuviera que ver con el dolor.
No diré absolutamente nada de mi cuaderno.
Lo llevaba conmigo.
Siempre.
Ahí había algo parecido a la escritura.
Pero sólo hablaba de mí.
De la no-palabra,
de la ausencia.
Una suerte de urdimbre suave y fosca.

Comentarios

J Madison. ha dicho que…
La palabra nos hace libres.

Un abrazo.
Esther Cabrales ha dicho que…
También nos mantiene presas de nuestros recuerdos y fantasmas. Uno no sabe.
Gracias John.