Diálogos imaginarios

Soy yo y soy quien me mira.
Frente a mí, un espejo.
¿Es el espejo el que mira o es la que ignoro de mí?
La dulce espera no es tal, sino otra cosa.
Evito esa mirada. Evito mirarme. Siento escalofríos. Quiere decir y no dice. Hasta que, al final, pregunta.
- ¿Quién eres realmente?
- ¿acaso tú lo sabes?
¿Sabes quién soy?
- No lo sé. Lo ignoro por completo.
- Bienvenida a la tiniebla.
Creo que, una vez, lo supe. ¿recuerdas?
- Es posible.
Te gustaba fumar.
- No el hecho de fumar en sí, sino el humo, las sombras.
- Pero ahora también te acompañan.
- No se trata del mismo sentimiento.
Las sombras de hoy son materia de la ignorancia.
- No se puede conocer todo. 
- De hecho, no sé nada.
Dudo de lo que digo, de lo que hago.
También de lo que no digo.
De lo que no hago.
- Hoy te aproximaste mucho al tren que venía. 
- Sentí la violencia del aire. Como una caricia..
- Lo sé.
Olvídalo.
Quizá deberías fumar.
Fumar hasta morir. 
- Es posible que lea.
Quiero leer hasta el agotamiento.
Nada más.

Comentarios

J Madison. ha dicho que…
Muy buen monólogo. Me ha gustado mucho este mirarse por dentro.

Un saludo.
Esther Cabrales ha dicho que…
A mí me parece una suprema estupidez pero gracias, John.