Esther Cabrales (Madrid, 1973). Poeta. Ha cursado estudios de Derecho y de Filología Hispánica que jamás concluyó, porque siempre estuvo profundamente dedicada al sector financiero. Ha publicado Erosión (Renacimiento, 2017), Cuerpos (Renacimiento, 2019), Animal (Torremozas, 2021), Lengua muerta (Páramo, 2021), Mondo (Bajamar, 2024). Poemas suyos han sido incluidos en antologías nacionales, como son Rojo Dolor (Renacimiento, 2021), Distopía en femenino (Elenvés, 2023).
viernes, marzo 11, 2011
miércoles, marzo 09, 2011
Cruje la tarde.
Buscando la sombra, encuentra gran un árbol. Centenario quiero que piensen. En su base, un colchón de hojas secas. Se sienta. Es pesado su talego. Cruje la tarde. Vuelan insectos ocultos. Reposa su espalda en los gruesos nudos del recio tronco. Son lazos ancestrales vestidos de musgo. Abigarrados de tiempo. Se baja la boina hasta ocultar sus ojos. Mordisquea una brizna de hierba. Cruza los brazos. Y duerme. Pasa la tarde y el hombre, entre sueños, es abrazado por las ramas del árbol. Una mano le tapa con calma la boca. Es una mano vasta y ruda de madera despiadada. Poco a poco, el hombre se hace árbol. El árbol robustece. Cruje la tarde.
viernes, marzo 04, 2011
Lengua de hielo.
Aquella lengua de hielo
dadivosa extirpa
mis ruinas
hinco las rodillas
en el jardín del otro lado
donde las flores aún no han nacido
ni el viento susurra dócil-
mente vencida a la devastación del mañana
donde los barcos siguen su propia estela
donde los niños no saben de felicidad
porque jamás la conocieron
soñaron días recónditos
en un jardín del otro lado
donde los labios dibujaban lunas
donde el destino se decidía
a golpe de risas
y abrazos.
dadivosa extirpa
mis ruinas
hinco las rodillas
en el jardín del otro lado
donde las flores aún no han nacido
ni el viento susurra dócil-
mente vencida a la devastación del mañana
donde los barcos siguen su propia estela
donde los niños no saben de felicidad
porque jamás la conocieron
soñaron días recónditos
en un jardín del otro lado
donde los labios dibujaban lunas
donde el destino se decidía
a golpe de risas
y abrazos.
miércoles, marzo 02, 2011
jueves, febrero 17, 2011
Es ahora el mundo o nada...
Es ahora el mundo o nada,
es tu sonrisa,
tu deriva en mis entrañas.
Es ahora el presente una flor muy roja,
un bonito algo que consume nadiedad,
es tu silencio absoluto,
tu mudo llanto.
Es ahora
el hilo que a ti me ata.
es tu sonrisa,
tu deriva en mis entrañas.
Es ahora el presente una flor muy roja,
un bonito algo que consume nadiedad,
es tu silencio absoluto,
tu mudo llanto.
Es ahora
el hilo que a ti me ata.
lunes, febrero 14, 2011
lunes, febrero 07, 2011
martes, febrero 01, 2011
jueves, enero 27, 2011
Temor y burbujas.
He concluido el retrato del bello rostro de María Teresa León y comienzo el de Camille Claudel. En mi lista figuran nombres como Julia de Burgos, Else Lasker-Schüler, Wislawa Szymborska, Safo, Mary Shelley o Ingeborg Bachmann, gracias a las recomendaciones de mis divagantes. Para comienzos de marzo debo tener mis veinte retratos que compondrán la exposición, a la que aún queda dar título, aunque barajo la posibilidad de Aquellas tan otras. Estará un mes expuesto. Ya va tomando forma el temor. Culebrea en mi estómago junto con las burbujas de mi futura hija. Afortunadamente, mi pequeño Mario me anima dándome su preciosa opinión y aunque colaboró en el corta y pega de María Teresa León, su preferido es el de Pizarnik. Tal vez, a partir de entonces, cuando recoja de la sala los retratos, este blog enmudezca. No para siempre, desde luego. Pero puede que quede dormido como un príncipe encantado.
sábado, enero 22, 2011
Niña entronada
Niña entronada
sin mácula
-epicúrea antropomorfa-
con su halo de pureza,
mente-crisalida
metamorfosis soñada.
Seducción contenida
y unos dedos palpando
los pechos en flor.
Indómita belleza que empuja
al abandono del reino infantil,
del simbolismo del cuento contenido.
Atrás quedarán los sombrereros locos,
las golondrinas mensajeras,
los príncipes convertidos en bestia.
Muy atrás.
sin mácula
-epicúrea antropomorfa-
con su halo de pureza,
mente-crisalida
metamorfosis soñada.
Seducción contenida
y unos dedos palpando
los pechos en flor.
Indómita belleza que empuja
al abandono del reino infantil,
del simbolismo del cuento contenido.
Atrás quedarán los sombrereros locos,
las golondrinas mensajeras,
los príncipes convertidos en bestia.
Muy atrás.
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