Reseña Los seres inéditos.

En este número de la revista Tales, dedicada al relato corto, podréis leer la reseña que hago del libro Los seres inéditos, de Jes Lavado (Renacimiento).

Aquí os dejo la reseña completa.



Si atendemos al significado del adjetivo que lleva el título, no podremos hacernos una idea acerca del tipo de libro que tenemos en las manos. Tu mentalidad de zote - permítanme la licencia - pudiera creer que hubiera alguna historia sobre extraterrestres, criaturas legendarias o cetáceos abisales. Te pilla, ya lo aviso, desprevenido al seísmo que contiene.

Los seres inéditos es un conjunto de nueve relatos brillantes, escritos con una maestría abrumadora, que hablan de personajes normales, atormentados, burdos, reales, aburridos como nosotros, ignorantes de su propia posibilidad de autodestrucción y que por algún motivo, la noria de la realidad los coloca en situaciones anómalas, como una cabaña cercada por gatos violentos, una piscina que ya quisiera haber ideado Zemeckis, una playa fuera de toda lógica, un absurdo campeonato de dardos. De ellas surgirán esos argumentos, a veces salvajes, divertidos, sobrecogedores, que te abren un agujero en el cerebro y te llevan directo a esa zona extraordinaria y casi prohibida que habita en todos nosotros, pero que, para descubrirla necesitamos que alguien hurgue bien adentro y alcance las ciénagas del ser, lugar al que accedes con cautela para disfrutar después como un demente. Cuando te adentras en cualquiera de sus historias, en seguida te percatas de la fragilidad de esos seres y de la brutalidad de que son capaces sus razonamientos. Lo que no te atreves a pensar tú, lo pensará uno de estos seres inéditos. No puedo olvidar al desolado Ignacio R. Pastrana seducido por su difunta esposa, a la gata en celo frotándose hasta el hartazgo, al mentecato de Tristán que somos todos, seres arrastrados por un hastío ansioso. Y es que /todo es posible en el reverso del tiempo/ y después de leer este libro, queda bastante claro que sí.

Leo y no la leo sólo a ella sino que me viene a la cabeza un festival de referencias, como esa tradición de relato americano, y podría decir que algún pasaje me quiso recordar a la O'Connor cuando dejaba que sus personajes hablaran en ese lenguaje paleto e ininteligible. Pero también me parece una narración tan Bonilla y, por qué no, tan Matute, tan de cuento. Y me imagino a la autora como a Nabokov, en esa fotografía, donde posa amenazante, con sus guantes de boxeo, preparada para dejarnos ko. Y no sé si Bowie lo hubiera hecho mejor pero, cielos, qué bien lo ha hecho Jes Lavado que demuestra un gran talento para la narración fulgurante y un estilo muy personal.

Por Esther Cabrales.

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