Ese instante
en el que crees
que en aquel lugar
no se te ha perdido nada
y entonces regresas a casa
con un sentimiento entre desdén y alegría,
enciendes el televisor
y te enganchas a un western
en tono crepuscular
donde un moribundo
con un hilo de sangre
cayendo de su boca
apenas balbucea ya su muerte
mientras olvidas
contemplando esa agonía
que ocupa toda la pantalla
de cincuenta y cinco pulgadas
lo insignificante
de lo acontecido hoy,
lo que te ha decepcionado
en definitiva
la vida.
Esther Cabrales (Madrid, 1973). Poeta. Ha cursado estudios de Derecho y de Filología Hispánica que jamás concluyó, porque siempre estuvo profundamente dedicada al sector financiero. Ha publicado Erosión (Renacimiento, 2017), Cuerpos (Renacimiento, 2019), Animal (Torremozas, 2021), Lengua muerta (Páramo, 2021), Mondo (Bajamar, 2024). Poemas suyos han sido incluidos en antologías nacionales, como son Rojo Dolor (Renacimiento, 2021), Distopía en femenino (Elenvés, 2023).
viernes, septiembre 15, 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Bric-à-brac
Pesa . El verano, digo. Me había reservado, con la ilusión de una niña, un par de libros de lectura. Saben de mi devoción por ciertos autore...

-
El hombre aproximativo , de Tristán Tzara . ... un tronco de árbol puesto sobre el borde fuma todavía espesas nubes y un bosque querría pega...
-
Pesa . El verano, digo. Me había reservado, con la ilusión de una niña, un par de libros de lectura. Saben de mi devoción por ciertos autore...
No hay comentarios:
Publicar un comentario